Como para no aburrirse
Cuando se reporta una preocupante fuga de capitales por más de 6 mil 900 millones de dólares, cuando PEMEX suma multimillonarias perdidas tras el incendio en su plataforma de la sonda de Campeche, cuando la cresta de la pandemia del coronavirus está en lo más alto; un sector de la sociedad mexicana se divide en el tema de la corriente binaria que surge, se impone y divide.
Cuantas horas se están perdiendo por ejemplo en las aulas universitarias virtuales, en donde cada día aumenta el número de jóvenes que deciden cambiar su identidad sexual. Ellos deciden ser ellas y viceversa.
En las universidades algunos jóvenes contando con todas las facilidades y apoyo se deciden a correr todo el proceso administrativo para cambiar su identidad y nombre, previo paso por las oficinas del Registro Civil.
En las aulas los catedráticos después de algunas desavenencias fueron instruidos para referirse y dirigirse a los alumnos por sus apellidos, sin referir el género de “los” “las” y “les” para no ofender, ni omitir ni agredir a nadie.
Así, todos felices.
Pese a lo cual la canija costumbre ha traicionado la memoria de uno que otro compañero de clase que se ha referido por género a su compañero o compañera, desencadenando ataques de histeria y verdaderas tragedias para los aludidos.
Y en nuestro contexto es obligado el comentario: ¿no tenemos temas más ingentes que atender por el momento?
Signos de los tiempos.
Cuestión de prioridades.
Pero sobre todo, respeto a la libertad de expresar, disentir y reubicarse en la vida.
