Tengo una idea para un negocio. ¿Ahora qué hago?
Desconocer el cómo hacer realidad una idea de negocios y el miedo a equivocarse, son dos de los factores que más impiden que las personas emprendan. Por lo tanto, es muy importante estar seguros de qué hacer con nuestras ideas antes de cualquier cosa. Ya que lo que hagamos a continuación es lo que decidirá el futuro de esta. Entonces, si ya contamos con una idea, ¿qué hacemos después?
Antes que nada, debemos reforzar nuestro espíritu emprendedor. Esto es primordial para prepararnos mentalmente en todo lo que conlleva iniciar un negocio. Puesto que, sin el compromiso y espíritu ideales para emprender es probable que nuestra idea, por muy buena que sea, nunca llegue a ver la luz.
Por supuesto, contar con una idea de negocio, no nos garantiza que esta se vuelva un éxito. Primero debemos considerar todas las posibilidades que esta conlleva y evitar precipitarnos. Para esto nos sirve responder estas preguntas:
¿Realmente hay alguien que pague por mi idea?
¿Qué tipo de persona pagaría por ella?
¿Qué tipo de necesidad satisface mi idea?
Es aquí donde hay que plantearnos de forma realista si nuestra idea de negocio es genuinamente rentable, por muy interesante o innovadora que parezca.
Después, toca conocer nuestro mercado y posible competencia. Fijémonos en cómo trabajan los que serían nuestra competencia, valorando sus virtudes y defectos para facilitar nuestra diferenciación de ellos.
La pregunta: ¿qué tiene mi idea que la competencia no ofrezca ya?, nos ayuda a concretar si estamos haciendo algo diferente. Con base a nuestra respuesta determinaremos si seguir con la idea o modificarla.
Estas reflexiones nos deben dejar en claro cuatro cosas:
Nuestro producto o servicio cubre una necesidad
El mercado no está sobresaturado
Contamos con un diferenciador
Identificados a nuestros posibles consumidores
Ahora toca redactar el plan de negocios. Este es un documento guía que también funciona como la carta de presentación de nuestra idea de negocios, a la vez que nos permite ordenarla y darle estructura.
Usualmente consiste en los siguientes puntos:
1. Resumen ejecutivo: Breve descripción de nuestra idea de negocios y porque vale la pena. Aquí definimos nuestros objetivos, brindamos información básica sobre la ubicación de la empresa, empleados y equipo directivo. Incluye nuestros planes de financiamiento y crecimiento a corto y largo plazo.
2. Descripción del negocio: Información más detallada y específica sobre el negocio, qué problemas resuelve, y quién es el target.
3. Análisis del mercado: Panorama general del mercado y sector al que aspiramos. Evaluación de la competencia.
4. Organización y gestión: Explicación de la estructura de nuestra empresa, y quién la dirigirá.
5. Plan de ventas y marketing: Descripción de cómo esperamos atraer a nuestros clientes: estrategia de marketing, promoción y publicidad. Estrategia de ventas, postventa y precios.
6. Plan financiero: Proyección de nuestro estado financiero, previsión de gastos e ingresos. También se definen nuestras necesidades financieras y cómo esperamos utilizar ese dinero.
Aunque los formatos del Plan de negocios pueden variar lo importante es enfocarnos en los puntos que tengan más sentido y utilidad para las necesidades de nuestro negocio.
Lo siguiente, de ser preciso, es conseguir financiamiento. Ya sea por medio de préstamos del banco, socios, inversionistas privados, incubadoras o aceleradoras, hay que definir desde un inicio de dónde esperamos conseguir ayuda financiera.
Una vez cuentes con todo esto ya estarás preparado para comenzar tu emprendimiento oficialmente, y dar el primer paso en la gran aventura que es el mundo de los negocios. Toma en cuenta que sin importar los resultados finales de tu negocio, uno como emprendedor siempre debe saber cómo hacer de cualquier experiencia una oportunidad para aprender y seguir creciendo.