Adicción por los videojuegos
La Organización Mundial de la Salud declara “enfermedad mental” a la adicción por los videojuegos.
Así la deja clasificada con el ánimo de que instituciones mundiales, regionales, nacionales y locales dedicadas a trabajar por la salud se avoquen a enfrentarla.
Hay que reconocer que esta adicción en una secuela más que nos deja la pandemia de la covid-19 con sus 2 años de encierro, con todo y que lamentablemente no todos se encerraron y provocaron que saliera de control.
Los encerrados tenían necesidad de romper la monotonía de su encierro y se refugiaron en sus celulares, tabletas y computadoras para interactuar y cayeron en un entretenimiento que les provocaba la adrenalina que no encontraban en otra opción doméstica.
Así surgió la dependencia a los juegos que se pueden disfrutar encerrados y enfermos en reposo.
Algunos se entregaron sin control de tiempo a disfrutarlos, y sobrellevaron con una emoción no experimentada todos los juegos que se ofrecen a través de la redes.
En los casos de niños y adolescentes fue la opción que muchos padres y cuidadores permitieron sin control, ante la falta aparente de opciones.
La dependencia a estos hoy que comienza a regresar la vida a la normalidad es tal, que ya no se puede retirar a los adictos de los dispositivos.
Los dependientes a esta emoción hoy ya tienen problemas para socializar, para salir, para jugar. Hoy para estar en paz necesitan de la pantalla para jugar y saciar sus inquietudes.
Esta nueva conducta alcanza tal dimensión, que la Organización Mundial de la Salud ya la considera una enfermedad mental de alta incidencia, y hay que atenderla para contrarrestar la baja en el rendimiento escolar, en la socialización y en las conductas de ansiedad y nerviosismo que desencadena.
La pandemia nos dejó muchas secuelas físicas, económicas, sociales, pero ésta no se había tomado en cuenta, y es hora de atacarla para rescatar a millones de personas que la enfrentan con varios estragos en su vida afectiva, social, económica y en su preparación escolar y profesional.
Un tema más para las autoridades de salud que tienen la responsabilidad de combatirla en equipo con las familias y el sistema escolar.