El universo continúa expandiéndose, pero va frenando
Investigación astronómica internacional muestra que la expansión del Universo persiste, aunque sugiere una posible desaceleración del fenómeno.
AFP
Instalado en un telescopio del observatorio estadounidense Kitt Peak, el Instrumento Espectroscópico para la Energía Oscura (DESI) está equipado con un verdadero ojo de mosca.
Contiene 5.000 finas fibras ópticas robotizadas, cada una de las cuales observa durante veinte minutos una galaxia, lo que permite calcular luego, con un espectrógrafo, su distancia, y por lo tanto, la edad del Universo cuando emitió su luz.
“Hemos medido la posición de las galaxias en el espacio y también en el tiempo, ya que cuanto más lejos están, más retrocedemos en el tiempo, hacia un Universo cada vez más joven”, explica Arnaud de Mattia, del Comisariado de energía atómica (CEA) francés, quien codirige el grupo de interpretación cosmológica de datos.
Tras un año, el DESI, un proyecto de colaboración con 70 instituciones internacionales lideradas por el Laboratorio Berkeley en Estados Unidos, ya ha cartografiado seis millones de fuentes de luz, galaxias y cuásares, que representan los últimos 11.000 millones de años de la historia del Universo.
Dos conferencias, en Suiza y Estados Unidos, anunciaron este jueves estos primeros resultados, antes de una serie de artículos científicos en el Journal of Cosmology and Astroparticle Physics.
La misión principal del DESI es ayudar a comprender la naturaleza de la energía oscura, un elemento tan teórico como misterioso, supuestamente responsable de la aceleración de la expansión del Universo.
Más concretamente, esa energía oscura sería la fuerza que aumenta la distancia entre los cúmulos de galaxias, como si el espacio que los separa no dejara de expandirse.