Nacional

Luce Sheinbaum vestido tlaxcalteca durante el Grito de Independencia

El morado como estandarte, la presencia inédita de cadetes mujeres y la arenga presidencial marcaron un fuerte mensaje feminista en la celebración patria

16 septiembre, 2025 7:20 am
Yass Guevara


Claudia Sheinbaum inscribió su nombre en la historia la noche del 15 de septiembre al convertirse en la primera presidenta de México en encabezar el tradicional Grito de Independencia.

Más allá de la solemnidad del acto, su imagen destacó por la elección de un atuendo cargado de simbolismo, elaborado de manera artesanal y pensado para rendir homenaje a las raíces culturales del país.

El vestido, diseñado exclusivamente para esta ocasión, representó no solo un gesto de identidad nacional, sino también un reconocimiento al talento y labor de las mujeres artesanas indígenas. La mandataria buscó con ello resaltar la importancia de preservar las tradiciones textiles y, al mismo tiempo, proyectar un mensaje de igualdad y empoderamiento.

Un diseño con raíces tlaxcaltecas

El traje estuvo compuesto por una falda plisada de satín en color morado, tono vinculado históricamente al feminismo y a la lucha por los derechos de las mujeres, y una blusa plateada que incorporó delicados bordados artesanales en la parte frontal y en las mangas. Cada puntada reflejó la dedicación de quienes mantienen viva la tradición textil en comunidades originarias.

La autora de estas piezas fue la maestra Virginia Verónica Arce Arce, artesana nahua originaria de San Isidro Buen Suceso, Tlaxcala. Con más de 25 años de experiencia, ha dedicado su vida a la preservación de las técnicas tradicionales de bordado y confección, convirtiéndose en referente de su comunidad y en portavoz de la riqueza cultural de su estado.

Un símbolo más allá de la moda

La elección de este atuendo no fue fortuita. En el marco de una ceremonia que por primera vez fue encabezada por una mujer presidenta, el vestido artesanal adquirió un valor histórico. El color morado, los bordados indígenas y la participación inédita de cadetes mujeres en el desfile reforzaron un mensaje claro: la presencia femenina en los espacios de poder y en la vida pública de México no solo es un hecho, sino un legado en construcción.

De esta forma, Sheinbaum no solo encabezó su primer Grito de Independencia, sino que lo hizo con un gesto que unió identidad, tradición y reivindicación feminista. La prenda se convirtió en un símbolo de orgullo nacional y, al mismo tiempo, en una declaración política y cultural.





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