El comunicado de OCESA cayó como un balde de agua fría. A las 19:47 horas, cuando la mayoría de los asistentes ya había pasado el tedioso protocolo de entregar su celular y buscaba su lugar en el recinto, apareció en las pantallas el anuncio: “Por cuestiones de salud del artista, el concierto se cancela”. No hubo más explicaciones.
La reacción fue inmediata: decepción, enojo y desilusión. Algunos fans decidieron retirarse resignados; otros, con humor negro, compraban mercancía pirata mientras los vendedores gritaban: “¡Souvenirs del concierto cancelado!”. El enojo principal no fue solo la suspensión, sino la tardanza en avisar. Hubo gente que viajó desde otros estados para encontrarse con una puerta cerrada.
El episodio no significa, sin embargo, el final de la visita de Ghost. OCESA confirmó que los conciertos del 24 y 25 de septiembre siguen en pie. Los boletos agotados para esas fechas mantienen viva la esperanza de miles de seguidores. Quienes habían adquirido entradas para la fallida primera función recibirán reembolso automático si compraron en línea; quienes lo hicieron en taquilla o puntos Ticketmaster podrán reclamar su dinero a partir del 26 de septiembre.
El “Skeletour World Tour 2025” de Ghost venía precedido de sold outs en Nueva York, Los Ángeles y Manchester. En México, la expectativa era altísima. Lo ocurrido anoche demuestra, una vez más, que ni siquiera el rock más espectacular es inmune a los achaques humanos. Porque hasta los papas del metal, como Tobias Forge, también se enferman.