

La mañana de este viernes, integrantes de la Unión Popular de Vendedores Ambulantes (UPVA) 28 de Octubre realizaron una manifestación que colapsó buena parte del tránsito en la capital poblana. La protesta, que partió de la zona de Plaza Dorada y se dirigió hacia Casa Aguayo, ocasionó bloqueos en distintos puntos del bulevar Héroes del 5 de Mayo y la suspensión del servicio en la Línea 3 de RUTA.
El motivo de la movilización fue doble: por un lado, exigir justicia a once años de la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa; por otro, recordar el asesinato de Meztli Sarabia, hija del fundador de la organización, ocurrido en 2017. Con pancartas y consignas, los manifestantes colocaron el tema en la agenda pública, aunque al costo de severas afectaciones a la movilidad.
Los cierres abarcaron intersecciones clave como la 31 Oriente con 4 y 8 Sur, así como el 5 de Mayo en sus cruces con 43 y 27 Oriente. Las consecuencias fueron inmediatas: usuarios de transporte público, incluidos adultos mayores y personas con discapacidad, tuvieron que descender de las unidades para continuar a pie hacia sus destinos. La Secretaría de Seguridad Ciudadana desplegó elementos para redirigir el tránsito, pero durante varias horas el acceso al Centro Histórico permaneció colapsado.
Este episodio ocurre en medio de un clima de tensión entre organizaciones de ambulantes. En días recientes, al menos 15 agrupaciones acusaron a la 28 de Octubre de invadir espacios y ejercer violencia contra otros comerciantes. Desde el otro lado, dirigentes como Xihuel Sarabia han expresado su disposición a dialogar con las autoridades municipales para sumarse a los acuerdos que delimitan zonas permitidas y restringidas para el comercio en el Centro Histórico.
El secretario general de Gobierno del Ayuntamiento, Francisco Rodríguez Álvarez, aseguró que la mayoría de las agrupaciones ya firmaron convenios para ordenar la actividad, respetar áreas delimitadas y suspender ventas ciertos días de la semana. El reto ahora, dijo, es lograr que la 28 de Octubre se incorpore de manera formal a esos compromisos. Incluso adelantó que se estudia la instalación de cámaras de videovigilancia en puntos con mayor presencia de comercio informal.
Lo cierto es que, mientras los acuerdos avanzan en la mesa, la realidad en las calles muestra otra cara: la protesta de este viernes reflejó que la 28 de Octubre continúa siendo un actor central —y controvertido— en la disputa por los espacios de venta en Puebla. Entre demandas legítimas de justicia y quejas por invasiones de zonas, la organización vuelve a poner al gobierno municipal en una posición complicada: conciliar el derecho a la protesta con la necesidad de garantizar la movilidad y el orden urbano.