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Una tormenta en el “techo del mundo”: el Everest pone a prueba al turismo chino

8 octubre, 2025 4:38 pm

El Everest volvió a recordarle al ser humano que la naturaleza no se domestica, ni siquiera en tiempos de drones, GPS y turismo masivo. Este fin de semana, una tormenta de nieve de proporciones épicas atrapó a casi 900 personas en la ladera tibetana de la montaña más alta del planeta. Excursionistas, guías y trabajadores locales quedaron varados durante cuatro días en un paisaje blanco, inmóviles a más de 4,900 metros de altitud.

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El fenómeno tomó por sorpresa a cientos de turistas que recorrían el valle de Karma, una de las rutas más pintorescas hacia la base del Everest. Lo que debía ser una caminata entre aldeas sherpas y vistas de postal se convirtió en una trampa helada. La nieve, que alcanzó un metro de espesor, bloqueó los senderos y cubrió los campamentos. Algunos excursionistas sufrieron hipotermia y mal de altura; otros simplemente temieron no salir con vida.

El operativo de rescate fue monumental. Equipos del gobierno tibetano y aldeanos locales trabajaron hombro con hombro para abrir paso en medio del hielo. Usaron drones, caballos y suministros de oxígeno para localizar a los atrapados. De acuerdo con medios estatales chinos, unos 350 excursionistas lograron descender el lunes, y para el martes la evacuación estaba prácticamente completada. La cifra oficial: 580 senderistas y más de 300 trabajadores locales puestos a salvo.

Aun así, hubo una víctima fatal y una docena de personas necesitó ser transportada cargando, con síntomas severos de hipotermia. “Temí no sobrevivir”, confesó el excursionista Eric Wen, quien relató que su grupo debía limpiar la nieve de sus carpas cada diez minutos para evitar que se desplomaran. Otro senderista, Dong Shuchang, contó que había estado en el Himalaya más de diez veces, pero jamás había visto una nevada semejante.

“Estábamos empapados, el suelo resbalaba, y caíamos una y otra vez. Fue aterrador”, dijo a la prensa local.

El rescate coincidió con la Semana Dorada, una de las temporadas turísticas más concurridas de China. Miles de personas viajaron a zonas naturales para aprovechar el feriado, lo que complicó la logística y multiplicó el número de afectados. Las autoridades han cerrado temporalmente la zona escénica del Everest en el Tíbet y exhortaron a los viajeros a extremar precauciones.

La tormenta no se limitó al Everest. En las provincias de Qinghai y Xinjiang, las nevadas también dejaron a decenas de personas atrapadas y obligaron al cierre de áreas turísticas. Y en el vecino Nepal, un escalador surcoreano murió durante otra tormenta en el Pico Mera, de 6,476 metros.

El Everest, ese símbolo del poder humano frente a la naturaleza, volvió a demostrar que la montaña siempre tiene la última palabra. Lo irónico es que, en pleno siglo XXI, los turistas chinos no subieron buscando gloria ni récords, sino selfies. Y terminaron protagonizando un rescate que pareció sacado de otro tiempo. Porque, aunque el hombre haya llegado a la cima del mundo, allá arriba sigue mandando el clima.

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