
Linet Puente denuncia amenazas tras críticas a Ricardo Pérez y Slobotzky
El pleito entre el mundo del espectáculo tradicional y el nuevo ecosistema digital ha encontrado en Linet Puente su más reciente protagonista. La conductora de Ventaneando reveló que ha recibido amenazas en redes sociales tras criticar a los standuperos Ricardo Pérez y Slobotzky, figuras centrales del programa La Cotorrisa. El conflicto, más que un simple chisme, refleja una tensión generacional: el choque entre la prensa de espectáculos clásica y los nuevos creadores de contenido.
Todo comenzó hace unas semanas, cuando Ricardo Pérez tuvo un encontronazo con reporteros en el aeropuerto de la Ciudad de México. Molesto por la presencia de las cámaras mientras acompañaba a Susana Zabaleta, su pareja, los acusó de haber provocado un tropiezo a la cantante. El episodio, que pudo haber quedado en una anécdota menor, escaló rápidamente. Desde su canal de YouTube, Pérez y Slobotzky difundieron una parodia ácida en la que ridiculizaban a los programas de espectáculos. El blanco no fue casual: las alusiones a Ventaneando eran evidentes.
Puente respondió con ironía, evocando a su colega Pedro Sola: “Les va a durar lo que el triste a la alegría”.
Pero la sonrisa duró poco. Tras defender públicamente al gremio periodístico, la conductora denunció haber sido víctima de acoso digital.
“Me amenazaron, amenazaron a mi hijo, y me dijeron cosas horribles”, confesó en entrevista con Ernesto Buitrón.
Según explicó, evitó publicar las agresiones porque consideró que hacerlo solo alimentaría el odio.
“Decidí sacarlo de mi vida”, dijo, en un tono más de resignación que de triunfo.
Lo más preocupante de este episodio no es la bronca en sí, sino lo que revela: el deterioro del diálogo entre quienes informan y quienes ahora dominan las plataformas digitales. Puente defendió su oficio con convicción:
“Yo también soy periodista, he estado en la calle y no se vale que de pronto vengan personas a denostar al medio”.
Por ahora, no planea emprender acciones legales, aunque lanzó un llamado a la conciliación: “Lo que les pido, de verdad, al mundo digital y al mundo de la tele, es que no nos peleemos”. Una petición sensata, aunque difícil de cumplir en tiempos donde el escándalo genera clics y las redes amplifican el linchamiento virtual.
Del otro lado, Ricardo Pérez no ha emitido declaración alguna, pero su postura es clara: mantiene un discurso crítico hacia la prensa del espectáculo. No es la primera vez que lo hace. Meses atrás, en una charla con Eduardo Videgaray y José Ramón San Cristóbal, él y Slobotzky ya habían lanzado dardos contra reporteros que trabajan en aeropuertos y hospitales.
El caso de Linet Puente ilustra, una vez más, cómo la delgada línea entre el entretenimiento y la agresión se diluye en la era digital. Hoy, las risas del stand up se mezclan con la violencia del hate. Y mientras tanto, los periodistas —como Puente— siguen defendiendo su derecho a cuestionar sin ser amenazados. Porque en esta guerra de egos, la libertad de expresión corre el riesgo de ser la verdadera víctima.