
Redacción
Era domingo, y en la Línea Z del Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec viajaban 241 pasajeros y nueve tripulantes que no pensaban en geopolítica, ni en megaproyectos, ni en el peso simbólico de aquella obra ferroviaria que pretende unir océanos y modernizar regiones históricamente olvidadas. Pensaban, más bien, en llegar. En volver a casa. En cumplir un trámite, visitar a un familiar, empezar unas vacaciones tardías o simplemente cruzar el Istmo como tantas veces se ha hecho.
🚨 Lista de personas hospitalizadas por el accidente del Tren Interoceánico.
Teléfono al que pueden comunicarse familiares de las víctimas:
☎️ 55 2230 2106 pic.twitter.com/tx8QVDDr4R— Gobernación (@SEGOB_mx) December 29, 2025
A la altura de Nizanda, Oaxaca, esa cotidianidad se rompió con la violencia seca de lo imprevisto. La máquina principal del tren descarriló y el convoy se precipitó hacia un talud de casi siete metros. En segundos, el hierro, el ruido y el polvo sustituyeron a la rutina. El saldo, confirmado horas después por la Secretaría de Marina, fue devastador: 13 personas perdieron la vida y 98 resultaron lesionadas, cinco de ellas de gravedad. Treinta y seis permanecen hospitalizadas. Detrás de las cifras, sin embargo, hay algo que ningún comunicado oficial logra contener del todo: los nombres, las edades, las historias truncadas o interrumpidas.
Las autoridades federales desplegaron un operativo amplio. Ambulancias terrestres y aéreas, personal de sanidad naval, Guardia Nacional, Ejército, Marina y cuerpos de emergencia locales acudieron al sitio. La presidenta Claudia Sheinbaum lamentó públicamente la tragedia y ordenó atención directa a las familias. El gobernador de Oaxaca, Salomón Jara Cruz, habló de coordinación y acompañamiento. La Fiscalía General de la República abrió una carpeta de investigación para determinar las causas del accidente. Todo eso ocurrió con la rapidez que exigen los manuales. Pero mientras el Estado se organizaba, las personas se contaban unas a otras para saber quién seguía ahí.
Me informa la Secretaría de Marina que en el accidente del Tren Interoceánico lamentablemente fallecieron 13 personas; 98 están lesionadas, cinco de ellas de gravedad. Los heridos se encuentran en hospitales del IMSS en Matías Romero y Salina Cruz, así como de IMSS-Bienestar en…
— Claudia Sheinbaum Pardo (@Claudiashein) December 29, 2025
La Secretaría de Gobernación difundió, entrada ya la noche, una larga lista de personas hospitalizadas. Leerla es un ejercicio incómodo y necesario, porque devuelve humanidad a lo que podría quedarse en un parte médico. Allí aparecen niñas y niños, jóvenes, adultos mayores; apellidos que se repiten, como si familias enteras hubieran viajado juntas en el mismo vagón del destino.
En el Hospital de Juchitán fueron atendidos Abigail Lizarraga Arias, de 34 años; Abril Solórzano Cruz, de 12; Akwjo Salazar Rodríguez, de 72; Calli Santiago Antonio, de 18; Elidia de la Cruz López, de 66; Gilberta Josefina Calvo Vásquez; Jorge Alberto Hernández, de 29; Liliana del Carmen González Cruz, de 30; Livia A. Alvarado, de 73; Luis Augusto Kat Canto; María Fernanda Serrano Moreno, de 13; Martha Lidia Santiago Antonio, de 42; Mellani Zaragoza Medina, de 17; Miguel Ángel Fabre Bajaron, de 44; Nahomi Katherine Ríos Vásquez, de 21; Nelli Rosario Arana Serrano, de 57; Patricia Castro Sánchez, de 23; Tiare Deyanira Mendoza Hernández, de 33; Ulises Jáuregui García, de 51; Uriel Castillejos Cruz, de 20; Víctor Ventral Ordóñez, de 18, y Ximena Ríos, de apenas 9 años.
En el Hospital General de Salina Cruz se reportó el ingreso de Ariadna Hernández Hernández, de 33 años, e Ian Oswaldo López Hernández, de 12. En el Hospital de Ixtepec recibieron atención Ana Guadalupe Fabre Pasaron, de 48; Axel Eduardo Antonio Fabre, de 16; Carla Valeria Sánchez Cheng, de 22; Claudia Cruz Alcántara, de 47; Ereida López Ordaz, de 54; Felipe Calvo Chiapas, de 33; Guadalupe Ruiz Zambrano, de 78; Gustavo Alejandro Del Toro González, de 36; Itza Julisa Márquez Alejo, de 21; María del Carmen Chiñas Reyes, de 55, y Perla del Carmen Toledo Ávalos, de 20.
El Hospital Rural Bienestar de Matías Romero concentró otra parte del dolor: Alexia Cerquedo Mejía, de 20 años; Alexis Iglesias Temichs, de 20; Alexis Ríos Gallegos, de 17; Alma Jasive Bemol Albores, de 32; Alonso Ríos Gallegos, de 11; Ashley Aylin Fabre Mingo, de 13; Claudia Gallegos Castillo, de 38; Dulce Nayeli López Morales, de 31; Edwin Alan Gómez Falcón, de 32; Emérit Daniel Ríos López, de 8; Feliciano Cruz Benítez, de 46; Flor Temichs Cinta, de 47; Gustavo Ríos Ponce, de 38; Indira Lara Pineda, de 32; Itzel Sosa Carrasquedo, de 30; Jeferson Javier Laureano Bemol, de 11; Jesús Antonio Ángel Sánchez, de 24; Joana Osorio Castro, de 19; José Luis Fabre Pazarro, de 37; José Matías Fabre Falcón, de 7; Juan Daniel Ríos Ponce, de 32; Juan Manuel Iglesias López, de 45; Karla Mérida Leyva Castillejos, de 73; Lindoro Hernández Ortiz, de 78; María Eugenia Zaragoza Ceja, de 72; Melani Arum Laureano Bemol, de 7; Paola Laureano Bemol, de 4; Regina Torres Castro, de 3, y Yuleni Vázquez Flores, de 24 años.
En Tehuantepec fueron atendidos Ronaldo Domínguez Ramírez, de 61 años; Libertad Domínguez Rosales, de 25; Alfonso Lara Pineda, de 26; Gabriela Moreno Vásquez, de 49; Karla Ortiz López, de 19, y Efrén Palacios Pacheco, de 61.
Los nombres de las 13 personas fallecidas, hasta el cierre de esta edición, no han sido difundidos oficialmente. Esa ausencia también pesa. No es un dato menor: es la confirmación de que hay familias atravesando el momento más difícil, quizá esperando una llamada, quizá intentando reconocer un cuerpo, quizá aprendiendo de golpe que la palabra “irreversible” existe.
Lamentamos profundamente el accidente ferroviario ocurrido a la altura de Nizanda en el municipio de Asunción Ixtaltepec, donde viajaban 250 personas y hasta el momento 139 están fuera de peligro, 98 lesionados y 36 se encuentran en atención médica; y 13 personas perdieron la… https://t.co/SmDJSbqMVd
— Salomón Jara Cruz (@salomonj) December 29, 2025
El descarrilamiento del Tren Interoceánico no es solo un accidente ferroviario. Es una grieta en el relato del progreso acelerado, una llamada de atención sobre la fragilidad de las grandes obras cuando se enfrentan a la realidad técnica, humana y territorial. Las investigaciones dirán si hubo fallas mecánicas, errores de operación o negligencias acumuladas. Pero ninguna conclusión devolverá la vida a quienes murieron ni borrará de la memoria colectiva la imagen de un tren volcado en medio del Istmo.
En México, las tragedias suelen durar lo que dura el ciclo informativo. Luego vienen otras noticias, otros escándalos, otras urgencias. Sin embargo, los nombres permanecen en los hospitales, en los altares improvisados, en las conversaciones familiares. El tren volverá a circular algún día. La promesa seguirá su curso. Lo que no debería perderse, en el ruido de los discursos, es la conciencia de que cada proyecto se sostiene, al final, sobre personas de carne y hueso que solo querían llegar a su destino.
#MarinaInforma pic.twitter.com/k4IL3DMczn
— SEMAR México (@SEMAR_mx) December 29, 2025







