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Advierte la UPAEP sobre canícula atípica en Puebla

25 julio, 2025 4:44 pm
Pilar Bravo


Este año, el período de canícula, caracterizado por temperaturas elevadas, ha sido atípico. Ya no se puede hablar de una canícula clásica con calor seco o mixto. Actualmente, se presenta una variabilidad extrema: mañanas soleadas que derivan en tormentas severas y granizadas inusuales en cuestión de horas, señalan investigadores en meteorología de la Facultad de Ingeniería Ambiental y Desarrollo Sustentable de la UPAEP.

La temporada de canícula, que tradicionalmente implicaba una reducción de lluvias y un aumento sostenido de temperaturas, muestra este año un comportamiento inusual en Puebla.

Francisco Javier Sánchez Ruiz, profesor de dicha facultad en la UPAEP, explicó que actualmente se vive un episodio climático entrópico, marcado por un creciente desorden atmosférico difícil de predecir.

“Con un alto grado de desorden atmosférico ya no podemos hablar de una canícula clásica con calor seco o mixto. Hoy tenemos variabilidad extrema: mañanas soleadas que derivan en tormentas severas y granizadas inusuales en cuestión de horas”, señaló el especialista.

El exceso de agua también ha generado impactos diferenciados: ha dañado infraestructura urbana de drenaje, que resulta insuficiente para captar el volumen de lluvia, y en el campo ha sido beneficioso en algunas zonas, pero en otras, el exceso de humedad ha afectado las plantaciones.

En décadas anteriores, la canícula poblana era predecible: temperaturas entre 28 y 30 °C, humedad relativa del 75 al 80 %, y lluvias por la tarde. Hoy, ese patrón se ha disuelto. Las mañanas alcanzan hasta 32 °C, seguidas de lluvias torrenciales o granizo, y en algunos casos, cielos despejados nuevamente por la noche. Este tipo de oscilación diaria no era habitual.

Sánchez Ruiz señaló que estamos presenciando una transformación profunda de la dinámica atmosférica.

“Lo que ocurre en una región del país impacta en otra. Es el efecto mariposa: pequeñas alteraciones en un punto desencadenan grandes cambios en otro”, explicó.

Este caos climático tiene raíces en el cambio global: emisiones excesivas de CO₂, alteración de patrones oceánicos y la acumulación de energía térmica en la atmósfera están cambiando las reglas del juego.

Una de las manifestaciones más evidentes de esta inestabilidad es la presencia de granizadas sin lluvia previa, causadas por la formación de cristales de hielo a grandes altitudes que descienden con las corrientes de aire antes de precipitar.

Además, en las últimas semanas se han registrado noches con temperaturas cercanas a los 30 °C, algo atípico para una ciudad situada a más de 2,000 metros sobre el nivel del mar.

La topografía de Puebla también influye en esta complejidad. Hay zonas del sur donde las lluvias son persistentes, mientras que en el norte se presentan chubascos intensos pero muy localizados.

A pesar del caos climático, la calidad del aire ha mejorado ligeramente gracias a las lluvias, que arrastran partículas contaminantes. Sin embargo, el especialista advierte que esta es una mejora temporal, ya que los cambios bruscos de clima favorecen alergias respiratorias por el levantamiento de polvo y esporas.

Pero el calor aún no termina: entre el 11 y el 18 de agosto se prevé un repunte de temperaturas, con máximas de hasta 30 °C. Posteriormente, podrían presentarse al menos dos huracanes en el Atlántico, cuyos remanentes afectarían a Veracruz, Tamaulipas y posiblemente Puebla, con lluvias muy fuertes entre finales de agosto y los primeros 20 días de septiembre.

“Es el intento del planeta por equilibrar los excesos térmicos acumulados”, concluyó el especialista.





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