
Alistando motores para Frankenstein de Guillermo del Toro

Guillermo del Toro está obsesionado con los monstruos, y ahora lo lleva al extremo: su nueva película es Frankenstein, el clásico de Mary Shelley que el mexicano llevaba décadas queriendo filmar. Sí, después de Pinocho y El gabinete de las curiosidades, Netflix volvió a soltar la chequera y darle a Del Toro lo que pedía: cadáveres, rayos y mucho drama gótico.
La novela original salió en 1818, pero sigue vigente porque toca fibras que no pasan de moda: ambición, ego, obsesión y esa pregunta incómoda de quién es realmente el monstruo, ¿la criatura o el humano que la fabricó? Del Toro agarra todo eso y lo viste con su sello visual: oscuro, elegante, y con un elenco que parece sacado de una fantasía cinéfila.
En el ring tenemos a Oscar Isaac como Víctor Frankenstein, Jacob Elordi como la criatura (ya saben, más alto y con más cara de sufrimiento que nunca), Mia Goth como Elizabeth y el siempre perturbador Christoph Waltz. Súmenle a Charles Dance, Ralph Ineson y un Christian Convery que interpreta al joven Víctor. Vamos, un equipo que parece armado por un casting director con complejo de Dios.
La historia va directo al grano: un científico que juega con cadáveres para ver si puede crear vida. Spoiler: lo logra, pero lo que le sale no es precisamente George Clooney. El monstruo no solo queda abandonado, sino que regresa con una venganza brutal que convierte la vida de su creador en una pesadilla.
El estreno está programado para cines selectos el 23 de octubre, y después aterriza en Netflix el 7 de noviembre. Si todo sale como pinta, podría ser la cinta que inaugure un nuevo universo de monstruos literarios. En resumen: prepárense para ver cómo Del Toro convierte la tragedia de Shelley en el show más oscuro y espectacular de la temporada.