Así recordamos a Quincy Jones
Quincy Jones, falleció el 3 de noviembre de 2024 a los 91 años en Los Ángeles. Conocido cariñosamente como “Q”, Jones dejó un legado inmenso como trompetista, compositor, productor y visionario de la industria musical. Su influencia se extendió a lo largo de más de siete décadas, marcando un antes y un después en géneros como el jazz, el R&B y el pop.
Nacido en Chicago en 1933, Jones mostró talento desde joven, tocando la trompeta en clubes de soul en Seattle y colaborando con figuras icónicas como Lionel Hampton. En los años 50, su carrera se catapultó cuando se mudó a París para estudiar con Nadia Boulanger, célebre maestra de compositores como Igor Stravinsky. Durante este tiempo, trabajó como director musical de Barclay Records y se relacionó con personalidades como Leonard Bernstein y Pablo Picasso.
Cuando Jones regresó a Estados Unidos en 1961 marcó un punto de inflexión: se convirtió en vicepresidente de Mercury Records, siendo uno de los primeros afroamericanos en ocupar un puesto ejecutivo en la industria. Fue en esta etapa donde sus habilidades como productor brillaron al trabajar con artistas como Peggy Lee y Tony Bennett. Sin embargo, su carrera alcanzó un punto culminante al asociarse con Michael Jackson para producir los legendarios álbumes Off the Wall, Thriller y Bad. Thriller no solo se convirtió en el disco más vendido de la historia, sino que redefinió el pop y solidificó la posición de Jackson como “Rey del Pop”.
Más allá de su trabajo con Jackson, Quincy Jones se destacó por su versatilidad. Produjo la banda sonora de películas icónicas como El color púrpura y trabajó en series de televisión, aportando su toque distintivo a proyectos como Ironside y The Cosby Show. Su habilidad para escuchar y fusionar lo mejor del pasado con nuevas tendencias le permitió elevar la música a nuevos niveles. Como mencionó en una entrevista en 2018:
“La mente se apaga cuando la música no cambia. Tienes que mantener el oído ocupado”.
Entre sus contribuciones más memorables está la coproducción de We Are the World en 1985, un himno de solidaridad que reunió a la élite del pop para recaudar fondos en respuesta a la hambruna en África. Su legado también abarca la promoción de talentos emergentes, como fue el caso de Oprah Winfrey, a quien le dio su primer papel en la película El color púrpura, y el impulso de Will Smith al protagonizar la serie El príncipe de Bel-Air.
Quincy Jones recibió 80 nominaciones al Grammy, llevándose a casa 28 premios, y fue galardonado con el Grammy Legend Award, la Medalla Nacional de las Artes y la Legión de Honor de Francia, entre otros reconocimientos.
Jones vivió con la pasión de un pionero y la curiosidad de un eterno aprendiz. Como una figura que supo escuchar los cambios del mundo y canalizarlos en música, su partida deja un vacío, pero su legado sigue vibrando en cada nota que produjo y en cada artista que inspiró.