

El pasado lunes 29 de septiembre, en las aguas del Parque Nacional Isla del Coco, en Costa Rica, un tiburón Galápagos de casi cuatro metros atacó al biólogo marino mexicano Mauricio Hoyos, reconocido por su trabajo en la conservación de tiburones. El científico realizaba una expedición de marcaje cuando el animal lo mordió en la cabeza, provocándole lesiones en la cara izquierda y el cuero cabelludo.
La emergencia movilizó al Benemérito Cuerpo de Bomberos de Costa Rica, que lo trasladó primero a Puntarenas y luego a San José, donde permanece hospitalizado. De acuerdo con el médico Luis Fernández, Hoyos está estable, aunque en estado grave.
El incidente ocurrió en el marco de una expedición organizada por la coalición One Ocean Worldwide. Alex Antoniou, director de la organización Fins Attached, subrayó que sucesos de este tipo son “extremadamente raros”.
La noticia causó sorpresa en la comunidad científica. Hoyos no es un buzo cualquiera: en 2018 fue nombrado Investigador del Año por Fins Attached y, en 2022, recibió el Shark Guardian del Shark Project International. Con humor e incluso cicatrices, ha relatado antes sus roces con tiburones. Esta vez, sin embargo, la mordida fue mucho más seria.
Un recordatorio brutal: la ciencia marina convive con la naturaleza en su forma más salvaje.