
Bu, hija de Alfonso Cuarón sufre críticas tras concierto de Dua Lipa
En el México hiperconectado de 2025 ya nada ocurre sin juicio inmediato. Un ejemplo fresco lo vivimos la noche del 5 de diciembre, cuando Bu y Olmo Cuarón —sí, los hijos de Alfonso Cuarón— abrieron el último concierto de Dua Lipa en el Estadio GNP Seguros. Bastó que los hermanos pisaran el escenario para que el tribunal digital iniciara el proceso: ¿talento genuino o privilegio heredado? En redes sociales, ya sabemos quién suele ganar.
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Bu Cuarón, de apenas 22 años, llegó al escenario con entusiasmo evidente. Cantó parte de su repertorio, agradeció a su hermano Olmo por acompañarla y celebró la oportunidad de presentarse ante un estadio lleno. Nada extraordinario para cualquier artista emergente; extraordinario, en cambio, fue el tamaño del auditorio que la escuchó. Y ahí comenzó el ruido.
En X y Facebook las críticas fueron implacables. Hubo quienes calificaron su presentación como “cringe máximo”, quienes la acusaron de “nepobaby” y quienes simplemente cuestionaron la decisión de Dua Lipa: “Tanto talento mexicano y traen esto”, escribió más de un usuario. La narrativa clásica: si llevas un apellido famoso, cualquier paso profesional será diseccionado con lupa, incluso antes de dar la primera nota.
Mientras Bu optó por el silencio y se limitó a agradecer a Dua Lipa en Instagram —“Thank you @dualipa 🖤”—, su padre sí intervino. Alfonso Cuarón apareció en los comentarios de la publicación de su hija con un breve “Felicidades Bu y Olmo”. Un gesto sencillo, pero profundamente político: respaldo total frente a la tormenta digital.
Mi amiga riéndose xq me tocó Fher de Maná en mi concierto de Dua Lipa.
A ella le tocó Bu Cuarón. pic.twitter.com/4tgfQetgUa
— Enriqueto Jr. (@kiki_keto) December 8, 2025
Vale recordar que Bu no es ajena a los escenarios. En 2024 participó en el festival Tecate Emblema y lanzó su primer EP, Drop By When You Drop Dead, un experimento entre indie pop y electrónica. Ella misma ha admitido que llevar el apellido Cuarón es un privilegio, pero insiste en que su meta es ser juzgada por su trabajo.
La discusión quedó planteada: ¿nepotismo, oportunidad legítima o las dos cosas al mismo tiempo? En una industria donde las conexiones importan tanto como el talento, quizá la respuesta —como casi siempre— sea más compleja que un tuit indignado.







