Curiosidades

Buñuelos navideños: el crujir que anuncia la fiesta

22 diciembre, 2025 7:41 am
Redacción Tribuna Noticias

Hay sonidos que también saben a Navidad. El de los villancicos a lo lejos, el de las risas alrededor de la mesa… y el crujido inconfundible de un buñuelo recién hecho. En muchas casas, la temporada decembrina no empieza oficialmente hasta que aparece el primer plato espolvoreado con azúcar.

Los buñuelos llegaron a México desde España durante la época colonial, pero como ocurrió con muchos platillos, aquí encontraron su propia forma y sentido. En tierras mexicanas se volvieron más grandes, más delgados y profundamente ligados a las celebraciones navideñas y de fin de año, especialmente en el centro y sur del país.

Durante las posadas, los buñuelos se convirtieron en el postre perfecto: sencillos, rendidores y fáciles de compartir. Su preparación, además, siempre ha sido colectiva. Mientras unas manos amasan, otras estiran la masa y alguien más vigila el aceite caliente. Hacer buñuelos rara vez es un acto solitario.

Con el tiempo, este dulce adquirió un significado especial. En algunas tradiciones, comer buñuelos en Navidad o Año Nuevo simboliza buenos deseos, abundancia y unión familiar. No es casualidad que se sirvan cuando la casa está llena y el tiempo parece ir más lento.

Aunque existen variaciones regionales, la receta tradicional de los buñuelos navideños es tan simple como entrañable. Generalmente lleva:

  • Harina de trigo
  • Huevo
  • Leche o agua
  • Manteca o mantequilla
  • Una pizca de sal
  • Azúcar
  • Aceite para freír

La masa se amasa hasta quedar suave, se divide en porciones y se estira hasta quedar casi transparente. Luego se fríe en aceite caliente hasta que se infla y dora, y al final se espolvorea con azúcar, azúcar con canela o se baña con miel de piloncillo.

Más que un postre, el buñuelo es una pausa dulce. Se come con las manos, se comparte sin protocolo y se acompaña de una bebida caliente, casi siempre un ponche humeante. Es el tipo de comida que no necesita presentación porque todos saben lo que viene después: una sonrisa.

Tal vez por eso los buñuelos siguen ahí, año tras año, resistiendo modas y recetas complicadas. Porque en su sencillez guardan algo esencial: el sabor de lo hecho en casa y el crujir feliz de las fiestas que se comparten.





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