
Centro de Simulación de la BUAP revoluciona la enseñanza médica
Redacción Tribuna
En una sala de quirófano o cámara Gesell de Ginecología, estudiantes de la Facultad de Enfermería atienden a Panchita, de 30 años, quien presenta un embarazo eutócico y se encuentra en labor de parto; sus gritos se escuchan. Los jóvenes monitorean en una pantalla sus signos vitales, miden sus contracciones, dilatación y otros parámetros. Detrás de un cristal, son observados por su profesor, quien opera un programa que da pauta a esta práctica, mientras otro grupo de alumnos mira expectante el nacimiento del bebé.
Asistir un parto es algo que todos los estudiantes de Medicina o Enfermería deben experimentar, solo que en este caso, la práctica es recreada con tecnología de punta del Centro de Simulación “Dra. Matilde Montoya Lafragua” de la BUAP, único en su tipo a nivel nacional, ya que está concebido como una unidad hospitalaria. Su operación es resultado de la gestión e impulso de la rectora Lilia Cedillo Ramírez, para brindar a los alumnos la oportunidad de desarrollar habilidades prácticas con impacto decisivo en su desempeño profesional.
El centro cuenta con área de imagenología, tomógrafo real con control sin tubo de radiación para seguridad de los usuarios, una sala de radiodiagnóstico con ultrasonidos de última generación, equipo de rayos X portátil, un auditorio, laboratorio de cómputo con la plataforma Lt AD Instruments y cuatro consultorios para practicar la atención primaria.
Lo más destacado son sus cuatro cámaras Gesell: de Ginecología, Pediatría, Traumatología y para adultos; un aula inmersiva —única en una institución educativa del país—, donde es posible interactuar en múltiples escenarios enfocados en salud; además de simuladores de alta, mediana y baja fidelidad. También cuenta con cuatro aulas de debriefing, autoclaves, hospitalización para terapia intensiva pediátrica y de adultos, dos quirófanos (uno básico con simulador de laparoscopia y otro inteligente con tecnología avanzada).
Todas las cámaras Gesell —diseñadas para tomar decisiones— están equipadas con camas tipo Stryker, cuneros, carros rojos con desfibrilador, cámaras de 360 y 180 grados con micrófono, que permiten observar cómo se atiende a un paciente.
Al finalizar los ejercicios, toda la información se guarda en la plataforma Sim Capture, para que en el área de debriefing el docente analice el caso clínico junto con sus alumnos y se retroalimenten sobre lo que se hizo bien y lo que se puede mejorar.
Mauricio es otro de los simuladores más avanzados: responde al monitoreo real, tiene sensor de oxímetro, se le puede colocar una sonda Foley o catéter urinario, detecta los medicamentos que se le administran y modifica sus parámetros según las maniobras o fármacos que recibe. Incluso puede simular un paro cardiaco o asistolia.
En el caso de Panchita, se puede evaluar su estado de conciencia y posicionar el feto de distintas formas para abordar varios protocolos. Puede simular desde un paro postparto, hasta hemorragias o descompensaciones, lo que permite al estudiante adquirir experiencia mediante un aprendizaje vicario en un contexto realista.
Multidisciplinar e interprofesional
Este centro también tiene un enfoque multidisciplinario, no solo para estudiantes de salud, sino para áreas como Electrónica, Mecatrónica, Física, Ingeniería Biomédica, Computación, Psicología, Química, Ciencias Forenses e incluso Arte Dramático. Esto es posible gracias a la práctica colaborativa interprofesional.
Por ejemplo, estudiantes de Ingeniería Biomédica trabajan en el diseño, creación y mantenimiento de los simuladores. Su colaboración permitirá que los modelos actuales puedan ser replicados y utilizados en los campus regionales. En esta etapa, docentes de Electrónica y Mecatrónica ya colaboran en la parte técnica, para integrar más adelante a alumnos en servicio social y prácticas profesionales.
Capacitación docente
Actualmente, se desarrollan jornadas para capacitar a los docentes en la transición de sus clases a simulación clínica. Según el doctor José de Jesús Andrade Macías, de la Facultad de Enfermería, el primer paso es definir objetivos educativos antes de aplicar la simulación. Hasta ahora, han participado 80 profesores que replicarán el conocimiento sobre el uso de simuladores.
“Enseñamos la estructuración y metodología de esta tecnología, integrando habilidades blandas como la resiliencia, tolerancia, paciencia y manejo del estrés. La idea es que el aprendizaje sea constructivo y se edifique un nuevo conocimiento a través de la experiencia conjunta de docentes y alumnos”, explicó.
Otra modalidad que ofrece el centro es la de “paciente estandarizado”, donde en lugar de usar un maniquí, se capacita a un estudiante —incluso de Arte Dramático— para representar síntomas y patologías, generando una interacción aún más realista.
El Centro de Simulación “Dra. Matilde Montoya Lafragua” se perfila como un modelo educativo innovador, sustentado en tecnología de simulación con una perspectiva inter y multidisciplinaria.