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Caro Quintero ante la pena de muerte: el juicio del siglo que aún no comienza

25 junio, 2025 11:36 am

En la penumbra de la historia moderna de México y Estados Unidos, el nombre de Rafael Caro Quintero es el eco de una tragedia que se niega a morir. El llamado “Narco de Narcos”, forjado entre los surcos de Badiraguato y elevado al panteón de los capos por la sangre y el dinero, enfrenta ahora la posibilidad de una justicia final: la pena de muerte. Un juicio aún sin fecha definitiva, pero cargado de historias que estremecen el alma judicial de dos naciones.

Juez otorga 90 días para dedicir si se solicitará pena de muerte contra  Caro Quintero – La Crónica de Hoy México

Cuarenta años han pasado desde que Enrique “Kiki” Camarena, agente especial de la DEA, fue secuestrado en Guadalajara y posteriormente torturado hasta la muerte. Un crimen que no sólo quebró a su familia, sino que selló una ruptura irreparable entre el combate al narcotráfico y el estado de derecho. Camarena no murió simplemente; fue silenciado en un ritual brutal que todavía gotea en los expedientes judiciales, donde se alude a grabaciones de su interrogatorio, conservadas como los evangelios de una verdad que duele.

Ahora, en la corte federal de Brooklyn, los fiscales estadounidenses insisten: la pena de muerte sigue “sobre la mesa”. La fiscal Saritha Komatireddy ha presentado un mural de pruebas que incluye grabaciones del interrogatorio, registros de tráfico de marihuana, cocaína, metanfetaminas, y testimonios que evocan no solo la brutalidad de los hechos, sino el tiempo transcurrido y la impunidad sostenida. Entre los ecos de esas grabaciones, algunos aseguran que se escucha la voz de Félix Rodríguez, alias “El Gato”, un oscuro operador de la CIA en México, tejiendo así una telaraña donde confluyen cárteles, agencias de inteligencia y traiciones políticas.

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Caro Quintero, quien fundó el Cártel de Guadalajara junto a Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, no estuvo presente en la última audiencia del 25 de junio. Su ausencia no impidió que se trazaran nuevas rutas judiciales: el 18 de septiembre será la fecha en la que la Corte evalúe el llamado Mitigation Pack, una suerte de compendio legal que busca, más que la absolución, una negociación con la muerte. Sus abogados, Elizabeth Macedonio y Mark deMarco, presentarán argumentos centrados en el tiempo transcurrido, la extradición irregular y el supuesto valor de su colaboración potencial.

Porque en los corredores del tribunal se rumora —y la historia está hecha de rumores— que Caro Quintero podría estar dispuesto a hablar. Tal vez no para confesar, sino para transar. ¿Información por clemencia? ¿Testimonio por respiro? Las leyes se hacen para aplicar justicia, pero también, se sabe, para hacer política.

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En la sala del juez Frederic Block, el expediente aún contiene un nombre cubierto por un cuadro negro: un tercer implicado, un espectro más en la tragedia que fue el caso Camarena. Porque este juicio no sólo evalúa la culpa de un hombre, sino los límites de una justicia que llega tarde, pero llega.

La DEA, con apenas seis agentes presentes en la última audiencia, parece haber optado por la prudencia. Quizá saben que el espectáculo mediático ya no les pertenece. Que este capítulo lo escribe la historia, no las cámaras.

Y así, Rafael Caro Quintero espera. Tal vez con la resignación de quien ve en el castigo una forma de redención. O tal vez, con la mirada fría del estratega que, incluso desde el banquillo de los acusados, todavía juega con los tiempos del poder. La justicia, como la literatura, necesita finales. Pero a veces, los finales más terribles son los que no cierran ninguna herida.

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