Cientos de norcoreanos desaparecen de China tras reabrirse la frontera
AFP
Helong, China.- Después de escapar de la hambruna en Corea del Norte, Kim Cheol Ok mantuvo durante décadas un perfil bajo en China. Pero al intentar trasladarse a Vietnam fue detenida por las autoridades chinas, que la mandaron de vuelta a su hermético país.
Como ella, en los últimos meses cientos de norcoreanos fueron repatriados por China a su país donde, según las organizaciones de derechos humanos, se enfrentan al riesgo de encarcelamiento, tortura y ejecuciones.
A pesar de los riesgos, la familia de Kim Cheol Ok decidió hacer público su caso tras la desaparición.
La mujer de unos cuarenta años llamó para decir adiós y avisar que “iba a ser enviada a (…) Corea del Norte en dos horas, y colgó”, explica a la AFP su hermana Kim Kyu-li, que vive en Londres.
Desde entonces, ni ella ni ningún otro miembro de la familia ha podido comunicarse con ella.
Miles de norcoreanos viven ilegalmente en las regiones fronterizas del noreste de China. Esporádicamente son objeto de redadas, aunque las expulsiones pararon durante el tiempo que la frontera estuvo cerrada por la pandemia.
El régimen norcoreano considera un delito grave cruzar la frontera sin autorización y lo castiga con severidad.
En Corea del Norte, la prisión es un lugar peligroso”, explica Kim Kyu-li. “Mucha gente muere”, agrega.
Ni China ni Corea del Norte han reconocido oficialmente el caso de Kim Cheol Ok.
Pero la AFP corroboró la historia con entrevistas a su hermana, una abogada que hace campaña por los deportados, y una fuente en China que conoce el caso y prefiere mantenerse en el anonimato por miedo a represalias.
– “Castigos severos” –
Tras la reapertura de la frontera entre China y Corea del Norte, un equipo de la AFP viajó a la zona. La policía fronteriza china impide a los periodistas ir hasta los cuatro puntos de acceso oficiales.
Por uno de estos, en Nanping, frente a la ciudad norcoreana de Musan, fue repatriada Kim Cheol Ok.
En otros puntos de la frontera, los periodistas de la AFP vieron a soldados norcoreanos haciendo guardia desde torres de vigilancia y detrás de hileras de estacas.
“Mi país es el mejor”, afirmaba un gigantesco cartel de propaganda norcoreano.
También había ciudadanos cultivando tierras o transportando madera. Y en un pueblo extrañamente vacío se escuchaba una triste melodía resonar entre edificios decrépitos.
En el lado chino, unos paneles recomendaban evitar la comunicación con los norcoreanos y avisaban de “castigos severos” a la acogida de migrantes ilegales o al contrabando.
– Huida fallida a Vietnam –
Kim Cheol Ok pasó a China en los años 1990, en medio de una devastadora escasez en Corea del Norte, explica su hermana.
Fue vendida para casarse con un chino mucho mayor, con quien tuvo una hija y pasó décadas en situación irregular.
El año pasado, tras una infección por covid-19, se dio cuenta que necesitaba un estatus legal y tratamiento sanitario, por lo cual decidió salir de China.
“Estaba tan enferma que no podía siquiera reconocerme”, dice Kim Kyi-li.
“Me pidió que la sacara de China. Le dije que esperara y que yo haría lo que fuera” para ayudarla, comenta.
En abril de 2023, Kim Kyu-li contrató a una persona para ayudar a su hermana a recorrer 4.000 kilómetros hasta Vietnam.
El plan era ir después a Corea del Sur, que ofrece la ciudadanía a los norcoreanos, y desde allí reunirse con su hermana en Reino Unido.
“Normalmente, cuando entran (a Vietnam), recibimos una llamada del intermediario en la semana posterior informándonos que llegaron a buen puerto”, explica Kim Kyu-li.
“Pero después de diez días, no teníamos noticias”, comenta.
La policía había interceptado a Kim Cheol Ok y otros dos norcoreanos horas después de su partida, declara su hermana y la fuente anónima en china.
Pasó meses detenida en un centro de alta seguridad en la provincia de Jilin, en el este. Su familia desconoce si fue acusada, juzgada o condenada.
Pudieron llevar ropa y dinero al centro, pero nunca pudieron ver a Kim Cheol Ok.