
Cinco décadas de historia y tesoros en la Plazuela los Sapos
David Becerra
Tradición, historia y cultura, parte de lo que se puede encontrar en la Plazuela de los Sapos los fines de semana durante el bazar de antigüedades, que este 17 y 18 de marzo celebró su 50 aniversario.
Artesanías, objetos de interés, coleccionables e históricos han estado presentes por medio siglo en este sitio. Campanas de antaño, anillos coleccionables, relojes de bolsillo, placas conmemorativas, talavera y otras piezas artesanales dan vida al bazar cada semana. Las historias detrás de estos objetos son tan variadas como sus vendedores.
Tal es el caso de don Valente Ramírez, quien desde hace 30 años tiene un puesto de artículos y curiosidades antiguas: plumas, brújulas y otras piezas singulares. Como si fuera un cazador de tesoros, recorre otros bazares y puntos de interés para adquirir sus productos.
“Mi fuerte son los relojes antiguos, también trabajo plumas, lentes, brújulas… por ejemplo, tengo una brújula de 120 años, la tengo en $1,500 pero vale más. Somos buscadores de cosas, andamos en tianguis, en bazares provisionales… ya tenemos clientela que nos llama y nos busca. Será que el tiempo va haciendo que uno se haga así, de tela”, relata.
Raquel Paz, por su parte, lleva 17 años vendiendo bisutería antigua, y cuenta que su clientela es tanto local como extranjera.
“Llevo poquitos años, 17. A veces tenemos que ir a los pueblos, a las regiones o casa por casa a ver si no tienen algo que quieran vender o donar”.
Los comerciantes son el alma del bazar, pero la experiencia se complementa con los visitantes y compradores que pasean entre los puestos, admirando objetos llamativos. Si algo les atrae, lo adquieren, como lo hace Marilú Pedraza, visitante frecuente que en ocasiones compra alguna curiosidad. Tiene especial gusto por las campanas.
“Todo me gusta, hay muchas curiosidades. A mí, en lo personal, me atraen mucho las campanas. Dicen que el sonido de las campanas, aparte de ser relajante, ahuyenta espíritus de baja vibración. Y ahorita me atrajeron unos aretes. Pues como mujer, al fin mujer, ¿qué es lo que más te gusta? Pues adornarse. Dice mi esposo que la mujer bonita adornada se ve bella, y la feita se ve guapa”.
Así ha pasado medio siglo en el que la historia, en todas sus formas, ha sido la protagonista del bazar.