¿Cuáles son las consecuencias económicas de la huelga en Audi?

El rechazo de los trabajadores de Audi de México a recibir un aumento del 7% a salario y prestaciones, tiene implicaciones económicas, pero también en la vida sindical del país. Se trata de la primera huelga en la planta poblana ubicada en San José Chiapa, a poco más de 7 años de su inauguración.

¿Aspiraciones justas?

Buena parte de la sociedad incluso se ha lanzado contra los trabajadores por ejercer su derecho al paro de actividades en la búsqueda de mejorar su poder adquisitivo. Audi de México, es la tercera armadora automotriz con mejores salarios en el país.

La primera es Volkswagen también ubicada en la entidad, la segunda es Nissan en Cuernavaca, conocida como CIVAC. Mientras a nivel nacional la fabricas de autos pagan un promedio de 3 dólares por hora, la firma de los cuatro aros ofrece salarios promedio de 7.56 dólares por hora.

No obstante, esta cantidad contrasta con lo que pagan las plantas armadoras ubicadas en Estados Unidos y Canadá, que son entre 15 y 20 dólares por hora, por el mismo trabajo. De modo que los poblanos estarían percibiendo hasta 13 dólares menos cada hora, respecto de sus pares en el extranjero.

Las unidades que ensamblan las manos de los técnicos poblanos se venden en todo el mundo a un sector muy específico del mercado. Por ello, el argumento de los trabajadores ha sido contundente. “Hacemos autos premium y merecemos salarios premium”.

César Orta Briones, dirigente del Sindicato Independiente de Trabajadores de Audi, lamentó las opiniones que condenan las aspiraciones de los técnicos y dejó claro que él solo se encarga de darles voz.

“No es que yo esté en esa postura de las dos cifras, (de aumento al salario), se me ha criticado mucho en ese sentido, qué el líder ha actuado de manera intransigente, qué el líder los encarriló a los trabajadores, ¡no, jamás, jamás!, los dos dígitos nació de la base trabajadora, eso hay que tenerlo muy presente tanto medios de comunicación, como Audi México, como Audi Alemania”.

¿Audi, puede?

Luis Espinosa Rueda, presidente en Puebla de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Canacintra, ha señalado que Audi atraviesa por un momento complicado debido a la transición energética que envuelve al mercado, lo que ha impactado en sus volúmenes de producción.

Todas las firmas tienen planes de modificar sus líneas de ensamble para arrancar con la fabricación de unidades eléctricas y para el caso de la planta que se ubica en Puebla, actualmente sólo se realiza un modelo, la Q5, pero el objetivo es atraer al menos un proyecto más de inversión.

Sin embargo, el consorcio alemán debe evaluar los costos de producción, la competitividad de cada planta y desde luego el ambiente laboral, por lo que, otorgar un aumento salarial y contractual superior al 7%, pone en riesgo la permanencia de la plantilla laboral.

“Claramente el volumen va en decremento, por eso es importante que en estos meses el grupo logre traer una inversión nueva a Puebla, de un auto eléctrico para poder compensar, ese es el tema y lo sabe el sindicato, tan lo sabe que firmó, en esta reunión que hubo, firmó todos los paros técnicos del 2024 al 2026, ya están pactados, para poder proteger mil 300 empleos que son los que tiene el tercer turno, de otra manera tendrían que prescindir de ellos”.

¿Qué hay del entorno?

La huelga en Audi de México forma parte de un movimiento sindical con fuerza internacional. En Estados Unidos, apenas hace unos meses, la United Auto Workers (UAW) logró un aumento salarial del 25% tras un prolongado paro que involucró a las tres principales armadoras de aquel país:  General Motors, Ford y Stellantis.

De acuerdo a especialistas en materia laboral, este evento demostró la efectividad de un movimiento sindical para obligar a los grandes corporativos a pagar salarios justos. La misma UAW envió una carta al Sitaudi para manifestarle solidaridad y animar a los trabajadores a no retroceder en su lucha.

Además, hay que destacar que la última reforma laboral en México, en 2019, justamente tiene el objetivo de fortalecer la posición de los sindicatos y la voz de los trabajadores adheridos a ellos, a través de las consultas con las que se pretende garantizar la transparencia y la democracia.

General Motors en Silao fue la primera armadora en obtener un aumento del 10%, mientras que los técnicos de Volkswagen, también instalada en Puebla, recibieron en agosto pasado un aumento del 8.1% directo al salario y 0.5% a prestaciones.

Si Sitaudi recibe un 10% de aumento, generará un impacto en espiral para el resto de las armadores en el país y el efecto no serían menor si se considera que en México se encuentran instaladas 22 factorías automotrices que dan empleo directo a 930 mil personas.

¿Y qué hay de las pérdidas?

Cada día en la planta de San José Chiapa se ensamblan 750 unidades, con un valor en el mercado mexicano de 1.15 millones de pesos en su versión más básica;  pero la armadora encabeza una cadena productiva integrada por 180 proveedoras.

Y es importante resaltar que 60 de esas proveedoras se crearon justamente para suministrar a la alemana de componentes. De hecho, el 71% de los componentes de la Q5 se fabrican en México. Se trata del modelo SUV premium, más exitoso de su segmento.

Cifras conservadoras señalan que las pérdidas generadas por la huelga que el próximo miércoles 14 de febrero cumplirá 3 semanas de haber estallado, ascienden a los 10 mil millones de pesos, pero además, se advierte el riesgo de que el conflicto pueda alejar nuevas inversiones.