Continúa preocupación ante derrame de tóxicos en Ohio
Redacción Tribuna Noticias
A pesar de que las autoridades han afirmado varias veces a los residentes que el agua y el aire en East Palestine, Ohio son seguros, la comunidad ha experimentado ansiedad debido a los informes de erupciones cutáneas, náuseas y dolores de cabeza.
Este martes, el estado inaugurará una clínica de salud en East Palestine para los residentes preocupados por posibles síntomas relacionados con el descarrilamiento.
Por su parte, el gobierno de Joe Biden enviará expertos para evaluar los peligros persistentes en la zona, luego de que el gobernador de Ohio, Mike DeWine, solicitara equipos médicos a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) y al Departamento de Salud de Estados Unidos.
Recordemos que hace más de dos semanas, un tren que transportaba cloruro de vinilo se descarriló en una pequeña comunidad de menos de 5.000 habitantes, lo que provocó un incendio que duró un día y obligó a los equipos a realizar detonaciones en el producto químico tóxico para evitar una posible explosión mortal.
Las detonaciones crearon una nube negra de humo sobre la zona, donde el olor químico persistió durante varios días. Aunque el 8 de febrero se consideró seguro el regreso a casa de los residentes evacuados, los miembros de la comunidad han cuestionado la seguridad de su pueblo y la validez de los análisis del aire y el agua.
Según informó la Agencia de Protección Medioambiental de Estados Unidos (EPA) el pasado domingo, las pruebas realizadas en más de 530 hogares sobre la calidad del aire no revelaron la presencia de contaminantes.
Aunque algunos cursos de agua de la zona estaban contaminados, lo que causó la muerte de miles de peces río abajo, las autoridades creen que los contaminantes están contenidos. Después de que se descubrieran vertidos contaminados en dos arroyos de aguas superficiales, Sulphur Run y Leslie Run, Norfolk Southern instaló barreras y diques para restringir el flujo de agua contaminada, según la EPA.
A pesar de las garantías de los funcionarios de que el agua es segura, algunos residentes tienen miedo de beber agua del grifo y la ciudad ha estado distribuyendo agua embotellada.
