
Crece demanda global de matcha y supera capacidad de Japón
AFP
En el corazón de Los Ángeles, los clientes desfilan por el nuevo local con estanterías de bambú, cuencos de cerámica y teteras artesanales que ofrece matcha, la actual estrella de las bebidas saludables en las redes sociales y en las tiendas de té.
El matcha, un tipo de té verde molido, está de moda, pero los productores en Japón tienen dificultades para satisfacer la creciente demanda mundial. Y las tensiones comerciales agregan incertidumbre a los consumidores.
“De los 25 tipos de matcha propuestos, 21 están agotados“, señala a la AFP Zach Mangan, de 40 años, fundador de la empresa especializada en té Kettl, que abrió este año un local en la megalópolis californiana.
En su establecimiento, el matcha puede servirse con leche, pero se prefiere natural, batido a mano con agua, para apreciar mejor sus aromas. Vendido en paquetes de 20 gramos, el polvo verde cuesta entre 25 y más de 100 dólares, según la variedad elegida.
En el lapso de un año, la producción se vio superada por una demanda en fuerte aumento, provocando un incremento del 198% en el precio de este polvo verde en Japón, según Mangan.
En Sayama, en las afueras de Tokio, Masahiro Okutomi, 15ª generación al frente de una empresa de té familiar, está desbordado por el auge del matcha.
“Tuve que poner en nuestro sitio web que ya no aceptamos más pedidos”, afirma.
La fabricación de este “oro verde” es un proceso largo y artesanal: las hojas, llamadas “tencha“, se cultivan a la sombra durante varias semanas antes de la cosecha, luego se recolectan a mano y se les quita las nervaduras antes de ser finamente molidas.
“Es un trabajo de largo aliento que requiere equipamiento, mano de obra e inversiones“, explica Okutomi.
“Estoy contento de que el mundo se interese en nuestro matcha, pero a corto plazo, casi representa una amenaza: ya no podemos seguir el ritmo“, se lamenta.