Cuál es la forma más inteligente de aprender de tus errores
Redacción
En la literatura motivacional actual, el fracaso suele considerarse como algo que debe celebrarse. Las decepciones son un trampolín esencial para el éxito; un punto de inflexión en nuestra historia de vida que finalmente terminará en triunfo. En lugar de caer en la desesperación, se nos anima a “fracasar”.
Si tan solo fuera tan simple… En la última década, una gran cantidad de investigaciones psicológicas han demostrado que la mayoría de las personas tiene dificultad para manejar el fracaso de manera constructiva. En cambio, encontramos formas de devaluar la tarea en la que fallamos, lo que significa que podemos estar menos motivados para perseverar y alcanzar nuestra meta. Este fenómeno se conoce como el “efecto de la uva agria o amarga”.
Alternativamente, podemos simplemente no darnos cuenta de nuestros errores y continuar alegremente como si nada hubiera pasado, algo que nos impide aprender una mejor estrategia para mejorar nuestro desempeño en el futuro.
A los oradores inspiradores les gusta citar las palabras del novelista Samuel Beckett: “Fracasa de nuevo. Fracasa mejor”. Pero la verdad es que la mayoría de nosotros volvemos a fallar y fallamos igual.
Investigaciones recientes muestran que hay formas de evitar estas trampas. Estas soluciones suelen ser contrarias a la intuición: una de las mejores formas de aprender de tus errores, por ejemplo, es ofrecer consejos a otra persona que pueda estar enfrentando desafíos similares. Al ayudar a otros a evitar el fracaso, resulta que también puedes mejorar tus propias perspectivas de éxito.
Fracasar constructivamente
Afortunadamente, la investigación de Fishbach y Eskreis-Winkler sugiere que existen algunas estrategias para superar las barreras emocionales para enfrentar el fracaso.
La primera es un proceso llamado ‘autodistanciamiento‘, en el que adoptas una perspectiva en tercera persona. En lugar de preguntar “¿Por qué fracasé?” Podrías preguntar “¿Por qué fracasó David?”, por ejemplo.
Múltiples estudios realizados por el psicólogo Ethan Kross de la Universidad de Michigan muestran que el autodistanciamiento ayuda a suavizar nuestras reacciones emocionales negativas, permitiéndonos ver los eventos perturbadores de manera más objetiva.
En este caso, debería significar que el fracaso se siente menos amenazante para el ego, de modo que podamos analizar mejor las razones de la decepción, sin tener uvas amargas o esconder defensivamente la cabeza en la arena.
Una segunda estrategia implica ofrecer consejos a otras personas que pueden estar en la misma posición que tú, que Eskreis-Winkler y Fishbach probaron con Angela Duckworth, profesora de psicología en la Universidad de Pensilvania. Descubrieron que la satisfacción de ayudar a otra persona proporciona un impulso al ego personal, por lo que las personas se sienten más seguras para enfrentar sus propios fracasos. “Obliga a las personas a comprometerse con su experiencia y lo que han aprendido”, dice Fishbach.
Las personas que luchaban con la pérdida de peso, por ejemplo, escribieron consejos basados en sus propios fracasos para otras personas que intentaban seguir una dieta. Posteriormente, se sintieron más motivadas para seguir persiguiendo su propio objetivo de perder peso.
Mientras tanto, a los estudiantes de secundaria se les pidió que describieran formas de superar la falta de motivación académica a otro estudiante más joven; durante las siguientes cuatro semanas, superaron su propia procrastinación y completaron significativamente más tareas, en comparación con los estudiantes que recibieron una carta con consejos.
Sjåstad señala que los fracasos son una parte inevitable de la vida. “Si nunca fallas, probablemente estés apuntando demasiado bajo”, dice. Y al aprender a enfrentar la decepción y aprender de tus lecciones, puedes encontrar el camino hacia el éxito un poco más fácil de transitar.
Este artículo fue publicado en BBC Future.