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Desarrollan en BUAP tecnologías para regenerar suelos agrícolas

10 marzo, 2025 10:29 pm
Redacción Tribuna

Con el objetivo de generar conocimientos científicos que ayuden a comprender, prevenir y solucionar el deterioro de los recursos naturales, la contaminación ambiental y la disminución de rendimientos, investigadores del Centro de Agroecología del Instituto de Ciencias (ICUAP) de la BUAP están desarrollando tecnologías para mejorar la producción agrícola y forestal mediante un enfoque agroecológico.

Uno de estos proyectos es liderado por el doctor Dionicio Juárez Ramón, quien se especializa en el estudio de organismos microbiológicos, de macrofauna y mesofauna que contribuyen a la fertilidad y conservación de los suelos.

En el Laboratorio de Suelo y Agua, se investigan estos organismos dentro de un contexto ecológico, analizando los factores ambientales que favorecen sus poblaciones, especialmente aquellas especies que pueden regenerar este recurso natural.

“Nosotros los cuidamos, controlamos y estudiamos cómo pueden ser útiles, porque cada uno cumple una función en el ecosistema“, explicó.

En uno de sus proyectos, Juárez Ramón analizó las comunidades de lombrices de tierra en sistemas de cultivo de milpa intercalada con árboles frutales, en Puebla y Oaxaca.

“Para nosotros, un gusano en el suelo no es plaga, es un elemento más de la biodiversidad”. Destacó que las actividades de estos seres vivos influyen en la incorporación de hojarasca al suelo, la descomposición de materiales orgánicos, la aireación, la distribución de la humedad y el reciclaje de nutrientes. Como resultado, han logrado introducir algunas especies para rehabilitar y mejorar estas funciones.

El investigador recordó que, en tiempos prehispánicos, los suelos eran extremadamente fértiles gracias a la presencia de estos organismos, los cuales se alimentan de desechos vegetales que descomponen y devuelven nutrientes a las plantas, favoreciendo suelos sanos y productivos.

“Hoy, nuestra intención es reactivar estos organismos en cualquier agroecosistema, para producir alimentos con buenos rendimientos”. Para ello, destacó la necesidad de activar las poblaciones de estos organismos en los campos de cultivo y ecosistemas, proporcionándoles humedad y alimento.

“Es necesario alimentarlos con materia orgánica en diferentes niveles de descomposición; esto les permite fabricar abonos para la agricultura“, explicó. La constancia de nutrientes dependerá de la disponibilidad de volúmenes de materiales orgánicos y de humedad para estos organismos descomponedores.

Juárez Ramón, doctor en Estrategias de Desarrollo Agrícola por el Colegio de Postgraduados, propuso que otra táctica para incrementar la riqueza del suelo es cultivar dos o más especies vegetales para aumentar la diversidad de fuentes de desechos de cosecha. Por ejemplo, intercalar árboles frutales con surcos de milpa.

“Con este agroecosistema, además de producir alimentos variados, generamos desechos de cosecha de árboles frutales y especies anuales, que alimentan los procesos de descomposición que enriquecen los suelos. Se necesita una mayor cantidad de nutrientes para que las plantas produzcan frutos”, señaló.

El investigador, también miembro del Cuerpo Académico “Manejo Sostenible de Agroecosistemas”, indicó que en el Ecocampus Valsequillo se ha establecido un laboratorio a cielo abierto para pruebas y experimentos de campo. Allí, investigadores y alumnos trabajan en estas líneas de investigación.

Además de controlar las escorrentías y llevar a cabo obras de conservación del suelo, en este espacio se producen insumos orgánicos para la agricultura y se cultivan hortalizas como tomate, chile, chayote, orégano, hierbabuena y plantas medicinales, tanto a cielo abierto como bajo cubierta y en camas biointensivas. También se cultivan plantas para reforestar, en colaboración con el Jardín Botánico Universitario.

El doctor Juárez Ramón explicó que, debido al elevado deterioro de los terrenos en el Ecocampus Valsequillo, antes de plantar cualquier especie, se abona el suelo con materiales orgánicos en diferentes niveles de descomposición, se establece el cultivo y se da seguimiento hasta obtener resultados.

En el manejo agroecológico, mantener la actividad biológica del suelo es fundamental para producir alimentos sanos sin descuidar el hábitat donde se generan, concluyó el doctor Dionicio Juárez Ramón.





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