
La economía poblana se disfraza de Catrina y sonríe. Según la Cámara de Comercio, Servicios y Turismo de Puebla, los festejos de Día de Muertos 2025 dejarán una derrama económica superior a los 769 millones de pesos, una cifra que, en tiempos de incertidumbre, confirma que las tradiciones no solo alimentan el alma, también llenan las cajas registradoras.
El crecimiento estimado es de 3.2% por inflación y 1.7% real en ventas respecto al año anterior. En 2024, el registro fue de 734 millones, de modo que esta temporada mantiene su título como una de las más lucrativas del calendario para los sectores de comercio y servicios. No es poca cosa: significa que la nostalgia por los altares, el pan de muerto y las flores de cempasúchil mueve una buena parte de la economía local.
Más de 15 mil unidades económicas participarán en la bonanza: restaurantes (4,330), tiendas de regalos (3,168), florerías (2,018), panaderías y pastelerías (1,798), y comercios de dulces y repostería (1,554). Hasta las tiendas de disfraces y artículos decorativos —232 en total— tienen su racha dorada, mientras que el sector hotelero se prepara para colgar el letrero de “ocupado”.
La Cámara señala que este impulso no solo tiene valor monetario. Día de Muertos es también un motor de identidad y cohesión social. En un país donde las malas noticias suelen copar los titulares, ver a la gente gastar en flores, pan y veladoras para recordar a los suyos tiene un sabor distinto: el de una economía que se reactiva sin dejar de mirar a sus raíces.