¡Doce uvas, doce deseos! El origen de la tradición para recibir el Año Nuevo
Redacción Tribuna
La tradición de comer 12 uvas a la medianoche para recibir el Año Nuevo es una costumbre que muchos siguen cada 31 de diciembre, pero ¿de dónde proviene este ritual? La práctica consiste en comer una uva con cada campanada a la medianoche, marcando el fin del año y la bienvenida al nuevo.
Según el periodista estadounidense Jeff Koehler, autor del libro Spain, existen dos teorías principales sobre el origen de esta tradición. La primera se remonta a la década de 1880, cuando la clase alta en España adoptó algunas costumbres francesas, como la celebración de la Nochevieja con uvas y vino espumoso. Koehler menciona que, con el tiempo, los madrileños empezaron a asistir a la Puerta del Sol para escuchar las campanadas y comían las uvas como una forma de burlarse de la aristocracia.
Por otro lado, hay una segunda teoría que ubica el origen en 1909, cuando los productores de uvas en Alicante, España, tuvieron una cosecha excepcionalmente grande de uvas blancas Aledo. Ante la saturación del mercado y la caída en los precios, los vendedores idearon una estrategia de marketing, promocionando las uvas como símbolo de buena suerte para el nuevo año.
Sin embargo, el origen de la tradición ya era mencionado en medios de comunicación de la época. En 1894, el periódico El Correo Militar reportó que las familias adineradas comían 12 uvas durante las primeras campanadas. Esta costumbre fue confirmada como tradición en 1915 por El País. En ese entonces, se estableció que cada uva representaba un mes del año y que comerlas durante las campanadas traería prosperidad, salud, alegría y suerte para el nuevo ciclo.