CineEspectáculos

¿Dónde ver todas las películas de Guillermo del Toro?

4 noviembre, 2025 2:43 pm

Guillermo del Toro no solo es un cineasta; es, ante todo, un contador de historias con alma mexicana. Desde su primer largometraje Cronos (1992), aquel relato de vampiros que nació de un presupuesto modesto y una imaginación desbordada, el director tapatío ha construido un universo cinematográfico donde la fantasía y el horror se entrelazan para hablar de lo más humano: el miedo, la pérdida, la esperanza.

Del Toro pertenece a una rara especie de creadores que filtran sus obsesiones personales en cada encuadre. Sus películas no son simples ejercicios visuales, sino exploraciones emocionales sobre la infancia, la fe y la monstruosidad. En El laberinto del fauno (2006), por ejemplo, la Guerra Civil española sirve de telón de fondo para un cuento de hadas oscuro, donde una niña llamada Ofelia encuentra refugio en un mundo mágico. No hay en esa película una sola línea de diálogo que no esté cargada de significado político y emocional. Los monstruos, como suele ocurrir en el cine de del Toro, no son los que tienen colmillos o escamas, sino los hombres con uniforme.

Esa dualidad entre lo bello y lo terrible alcanza otra forma en La forma del agua (2017), ganadora del Oscar a Mejor Película, donde una mujer muda se enamora de una criatura anfibia. Lo que podría parecer una historia absurda se convierte en un manifiesto sobre la empatía y la diferencia. El amor, en el cine de del Toro, siempre es un acto de resistencia.

Su filmografía es una clase magistral de imaginación aplicada: El espinazo del diablo habla de la guerra y los fantasmas del pasado; Pinocho reinterpreta el clásico de Collodi en clave política y melancólica; La cumbre escarlata y Hellboy demuestran su fascinación por el gótico, mientras Pacific Rim revela su capacidad para construir espectáculos épicos sin perder el sentido emocional. Incluso en sus obras más comerciales, como Blade II o Mimic, se percibe la firma del autor: criaturas que reflejan la condición humana y una estética barroca que combina el terror con la poesía visual.

Pero lo que distingue verdaderamente a del Toro no es solo su talento técnico, sino su mirada. Él pertenece a México no por el folclore que cita, sino por la sensibilidad que lo define. En cada monstruo suyo late una identidad mestiza, marcada por la tragedia y la ternura, por la oscuridad y la esperanza. Su cine, más que entretenimiento, es un espejo que nos obliga a mirarnos sin miedo.

Ver una película de Guillermo del Toro es como asistir a una sesión de terapia cinematográfica: uno entra esperando sustos o efectos especiales y sale con una reflexión sobre la vida, la muerte y la belleza de lo imperfecto. En un mundo que se ha vuelto cada vez más cínico, su cine nos recuerda algo elemental: a veces los monstruos son los únicos que nos enseñan a ser humanos.





Relacionados

Back to top button