Puebla

El cónclave maratónico que cambió la historia papal: duró 1,006 días

23 abril, 2025 8:25 pm
Redacción

La sede vacante tras la muerte del papa Clemente IV en 1268 desató una crisis sin precedentes en la Iglesia Católica, culminando en el cónclave más largo y tortuoso de la historia.

Papa Clemente IV

Durante la asombrosa cifra de 1,006 días, los cardenales reunidos en Viterbo se vieron inmersos en un tira y afloja político y religioso que solo terminó con la elección de Teobaldo Visconti, quien tomó el nombre de Gregorio X y, paradójicamente, reformó radicalmente el proceso de elección papal para evitar futuras dilaciones.

La prolongada vacante papal fue producto de las profundas divisiones entre los cardenales, principalmente entre facciones italianas y francesas, cada una con sus propios candidatos y lealtades políticas.

Ciudad de Viterbo

La ciudad de Viterbo, inicialmente elegida como sede del cónclave, se convirtió en un escenario de creciente frustración y desesperación a medida que los meses se convertían en años sin un sucesor para el trono de San Pedro.

Ante la persistente parálisis, las autoridades locales y la población de Viterbo tomaron medidas drásticas para presionar a los cardenales a alcanzar un acuerdo.

Hartos de la prolongada interinidad y sus consecuencias, decidieron restringir el suministro de alimentos a los purpurados, con la esperanza de que el hambre agudizara su sentido de urgencia.

Pero la privación no fue el único sufrimiento. Ante la falta de avances, la exasperación de los habitantes de Viterbo llegó a un punto crítico. En un intento desesperado por acelerar el proceso, ordenaron retirar el techo del palacio donde se encontraban encerrados los cardenales.

Expuestos a los elementos, al calor del verano y al frío del invierno, varios electores cayeron enfermos, mientras que otros, incapaces de soportar las condiciones extremas y la interminable disputa, optaron por abandonar el cónclave, aunque sus ausencias no lograron romper el estancamiento.

Finalmente, después de casi tres años de encierro, privaciones y luchas internas, la elección recayó en Teobaldo Visconti, un arcidiácono de Lieja que ni siquiera era cardenal en ese momento y se encontraba ausente en Tierra Santa participando en la Novena Cruzada. Su nombramiento, un compromiso inesperado, puso fin al cónclave más largo y extenuante de la historia papal.

Gregorio X

Paradójicamente, Gregorio X, consciente del caos y el sufrimiento causado por la prolongada sede vacante, promulgó durante su pontificado la constitución apostólica Ubi Periculum en el Concilio de Lyon II (1274).

Esta bula estableció reglas estrictas para la celebración de los cónclaves, incluyendo el encierro de los cardenales cum clave (bajo llave) en un lugar cerrado, la limitación de sus provisiones y la aceleración del proceso de votación.

Estas reformas sentaron las bases para el sistema de elección papal que, con modificaciones, se utiliza hasta nuestros días, buscando evitar las largas y divisivas interregnos que marcaron el cónclave de Viterbo.

El cónclave de 1,006 días se erige así como un dramático testimonio de las tensiones políticas y las dificultades inherentes al proceso de elección papal en la Edad Media.

La historia de hambre, enfermedad y la desesperada medida de arrancar el techo del lugar de reunión subraya la urgencia que llevó a la Iglesia a reformar un sistema que, de no haber sido por la resistencia y la eventual elección de Gregorio X, podría haber sumido al papado en una crisis aún mayor.





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