
El estrecho de Ormuz, un paso estratégico bajo alta tensión
AFP
El estrecho de Ormuz es un punto de paso clave para el comercio mundial de petróleo, que Irán ha amenazado con bloquear en múltiples ocasiones durante situaciones de crisis.
Varios diputados iraníes volvieron a esgrimir esta amenaza tras los bombardeos estadounidenses sobre instalaciones nucleares en Irán, aunque la decisión final recae en el consejo de seguridad nacional, instancia de seguridad más alta del país.
– Puerta de entrada al Golfo –
El estrecho de Ormuz está ubicado entre Irán y el sultanato de Omán. Es particularmente vulnerable debido a su escaso ancho —unos 50 kilómetros— y su profundidad, que no supera los 60 metros.
Está salpicado de islas desiertas o escasamente habitadas, pero de gran importancia estratégica: las islas iraníes de Ormuz, Qeshm y Larak, frente a la costa iraní de Bandar Abás.
La costa omaní, la península de Musandam, forma un índice que apunta hacia Irán, separada del resto del sultanato por territorios pertenecientes a los Emiratos Árabes Unidos.
Frente a los Emiratos las tres “islas estratégicas” —la Gran Tomb, la Pequeña Tomb y Abu Musa— constituyen un puesto de observación privilegiado sobre todas las costas de los países del Golfo: Emiratos, Catar, Baréin, Arabia Saudita, Kuwait, Irak, Irán y Omán.
Estas islas están ocupadas por Irán desde 1971, tras la retirada de las fuerzas británicas de la región.
– Crucial para el petróleo –
El estrecho de Ormuz es la principal vía de navegación que conecta a los ricos países petroleros de Medio Oriente con el resto del mundo.
En 2024 alrededor de 20 millones de barriles de crudo transitaban diariamente por él, lo que representa cerca del 20% del consumo mundial de petróleo líquido, según la Agencia de Información Energética (AIE) de EEUU.
Aproximadamente una quinta parte del comercio mundial de gas natural licuado también pasaba por esta ruta, principalmente desde Catar.
Más del 80% del petróleo y gas que transita por el estrecho tiene como destino los mercados asiáticos, según la AIE.
Solo Arabia Saudita y los Emiratos Árabes Unidos cuentan con una red de oleoductos capaz de transportar un máximo de 2.6 millones de barriles por día, lo que les permite sortear el estrecho de Ormuz, señala la misma fuente.
Si Irán cerrara el estrecho, “socavaría lo que queda de sus alianzas“, ya sea con los países del Golfo y con Irak, o con sus principales clientes, especialmente China, detalló el economista y especialista en la región del Golfo, Justin Alexander, en LinkedIn.
“También bloquearía sus propias exportaciones de petróleo, en un momento en que su economía ya atraviesa grandes dificultades“, subrayó por su parte el profesor de la universidad de Ottawa (EEUU), Thomas Juneau, en X.