Internacional

“El químico”, la nueva droga que vuelve zombies a los jóvenes en Cuba

18 septiembre, 2025 8:49 am



En un parque de La Habana, a plena luz del día, un joven camina errático, arrastrando los pies con la mirada perdida, como un zombi. Es el efecto de “el químico”, la droga sintética que ha encendido las alarmas en la isla.

En un país acostumbrado a bajos niveles de drogadicción, el consumo de este cannabinoide altamente sintético adictivo, más barato y potente que la marihuana, se ha extendido en los últimos años en la capital e incluso en provincia.

Hasta hace tres meses, Josué Ángel Espinosa, de 21 años, estaba totalmente enganchado por esta droga.

“No me podía comer un plato de comida sin consumir” y “no podía dormir”. Tenía que fumar hasta 15 cigarrillos adheridos con “el químico” para poder conciliar el sueño, dice este joven a la AFP.

Es uno de los cinco cubanos que están en rehabilitación en una Casa de Rescate para adictos, fundada hace un año por el pastor evangélico Rotyam Castro, de 36 años, en la periferia de la ciudad.

Este predicador considera que “es algo que se salió de control”. “He conocido a muchachos (adictos) de la calle, del bajo mundo”, pero también “a artistas, músicos, profesionales”, enumera.

Aunque no hay estadísticas oficiales de consumidores en la isla, para el predicador, el auge de esta droga de diseño entre los jóvenes responde tanto a la profunda crisis económica que atraviesa la isla comunista de 9,7 millones de habitantes, como a su capacidad adictiva y bajo costo.

Cóctel 

Una dosis puede costar 100 pesos (unos 25 centavos de dólar), tres veces menos que el paquete de cigarrillos más barato vendido en la isla.

Esta droga es un cóctel elaborado con sustancias como “carbamazepina, benzodiacepinas, anestésico para animales e incluso formol, fentanilo y fenobarbital”, explicó a la televisión estatal, Héctor Ernesto González, un militar experto en lucha antidrogas del Ministerio del Interior.

Los cocineros clandestinos de este estupefaciente lo impregnan diluido mediante un espray tanto en alguna hierba como en papel, de ahí los nombres de “el químico” y “el papelito”.

“Yo consumía mucho” este narcótico, dice de su lado, Gabriel Chéscoles (30), padre de un niño de ocho años y plomero de profesión, que llegó al centro de rehabilitación “destrozado”, con el cabello largo, sin afeitarse y maloliente.

Ahora en mejor estado y más tranquilo describe la manera en que ‘el químico’ se coloca dentro de un cigarrillo y el papel se pone en la punta del pitillo.

Una dosis produce un efecto “entre 50 y 100 veces superior al del tetrahidrocannabinol (THC)”, el principal componente psicoactivo del cannabis, señala el militar.





Relacionados

Back to top button