
El Señor de las Maravillas: símbolo de milagros y fervor en Puebla
David Becerra
Es Viernes Santo y Puebla se convierte en el punto central de esta festividad a nivel nacional. La Procesión de Viernes Santo ha sido reconocida tanto a nivel nacional como internacional, y se espera una afluencia de más de 160 mil devotos, que con profunda fe acompañan a las diversas advocaciones participantes.
A lo largo de este serial, hemos conocido el significado y la historia de origen de diversas imágenes que representan aspectos de la vida de Jesús y María, especialmente en relación con el sufrimiento experimentado durante la crucifixión. Para cerrar este recorrido, conoceremos una de las imágenes más milagrosas y posiblemente la más venerada no solo en Puebla, sino también fuera de la entidad:
“El Señor de las Maravillas”
Esta imagen data del siglo XVII y, en sus inicios, fue conocida como El Señor de la Caída o El Señor del Rayo, este último debido al origen del material con el que fue tallada: un tronco de árbol que, durante una tormenta, fue alcanzado por un rayo y se desprendió de su raíz. Cuando la tormenta terminó, el párroco del Templo de San José ordenó a un escultor tallar la figura con ese madero.
Su belleza cautivó a diversos conventos, quienes manifestaron su interés en poseerla. Para decidir su destino, se organizó una rifa, que fue ganada por las Agustinas de Santa Mónica, quienes la albergan hasta el día de hoy como su sede oficial.
El nombre de “El Señor de las Maravillas” proviene de una historia popular asociada a esta imagen. Según la tradición, una mujer devota llevaba diariamente alimentos a su esposo, preso en la antigua cárcel de San Juan de Dios, ubicada frente al convento de Santa Mónica. En sus visitas, conoció a otros internos, entre ellos un hombre solitario sin familia, por quien comenzó a sentir compasión. Sin que su esposo lo supiera, también comenzó a llevarle comida.
Al terminar su condena, el esposo notó que su esposa continuaba saliendo de casa con la canasta de alimentos. Preso de los celos, tomó un cuchillo y la siguió. Al confrontarla, ella afirmó que en la canasta llevaba flores de maravilla para “El Señor de la Caída”. El esposo no le creyó y le arrebató la canasta… y, para su sorpresa, encontró solo flores, no comida. La mujer, conmocionada, confesó que en realidad llevaba alimento, y no entendía cómo habían aparecido las flores. Ambos quedaron impactados por el milagro y, en señal de gratitud, fueron juntos al templo a ofrecer las flores a la imagen.
La historia se difundió rápidamente en la ciudad, y el nombre de “El Señor de las Maravillas” comenzó a utilizarse oficialmente.
En 2011, se documentó un hecho inusual: una de las sandalias que forman parte del atuendo de la imagen mostraba una huella marcada y manchas de sudor, a pesar de que no sostiene peso ni está en contacto con el suelo. Este hecho se sumó a las historias que refuerzan su carácter milagroso.
La imagen ha sobrevivido a sismos, incendios, robos y otros eventos que han dañado el templo. Sin embargo,
y en excelente estado, consolidándose como un símbolo de fe y esperanza para miles de creyentes.