El Supremo de Brasil decide si se juega la Copa América
El Supremo Tribunal Federal (STF) juzga este jueves tres recursos contrarios a la realización de la Copa América en Brasil, cuestionada desde varios sectores en el segundo país con más muertos por coronavirus y que espera una tercera ola de la pandemia.
A partir de las 00H00 y hasta las 23H59, los once magistrados deben votar de forma remota los pedidos del izquierdista Partido de los Trabajadores (PT), la Confederación Nacional de Trabajadores Metalúrgicos y del Partido Socialista Brasileño para suspender el torneo, cuyo partido inaugural está previsto para el domingo, por el riesgo sanitario que acarrea.
La votación de la máxima corte puede ser el último obstáculo a superar para la competición que el presidente ultraderechista Jair Bolsonaro, uno de los líderes más cuestionados por su gestión de la pandemia, aceptó acoger a las prisas tras las salidas semanas atrás de Argentina, por el agravamiento de la pandemia, y de Colombia, en medio de un estallido social que deja decenas de muertos.
Varios medios brasileños aseguran que el STF no interferirá en la celebración del evento, aunque sí podría advertir al gobierno sobre la necesidad de reducir eventuales daños.
Desde que el lunes de la semana pasada el gobierno de Bolsonaro confirmó la Copa, a disputarse sin público hasta el 10 de julio en Rio de Janeiro, Brasilia, Cuiabá y Goiania, no dejaron de lloverle críticas.
Este miércoles, Mastercard anunció que decidió no “activar” su patrocinio, retirando su logotipo del torneo continental, y más tarde el gigante cervecero Ambev, parte del gigante mundial AB Invev, informó que “sus marcas no estarán presentes en la Copa América”.
– Brasil promete un “ambiente controlado” –
El martes, tras la victoria ante Paraguay en las eliminatorias mundialistas, los jugadores de la ‘Seleçao’ manifestaron su oposición “a la organización de la Copa América”, aunque aseguraron que disputarán el campeonato que ganaron en 2019, desmintiendo rumores de boicot.
Figuras sudamericanas como el uruguayo Luis Suárez, el colombiano Juan Guillermo Cuadrado o el argentino Sergio “Kun” Agüero criticaron públicamente el evento. A ese coro se unieron los entrenadores de Ecuador, Gustavo Alfaro; de Perú, Ricardo Gareca, y de Chile, Martín Lasarte.
Epidemiólogos y otros expertos sanitarios aseguran que el país que se acerca al medio millón de muertos enfrenta actualmente un nuevo recrudecimiento de la pandemia, con aumento de casos, y que la celebración del evento que incluye a diez naciones podría empeorar la situación.
El ministro de Salud de Brasil, Marcelo Queiroga, asegura sin embargo que la Copa, la cuarta en los últimos seis años, se realizará bajo un “ambiente controlado”, con pruebas periódicas a los futbolistas y protocolos sanitarios especiales.
Las autoridades brasileñas habían dicho que las diez selecciones participantes deberían tener vacunadas a sus delegaciones, de hasta 65 personas, para ingresar a Brasil, pero Queiroga reculó asegurando que los inmunizantes podían “comprometer el ritmo competitivo de los jugadores” y además, por los tiempos, los deportistas no alcanzarían a adquirir la inmunidad.
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