
Filtran video íntimo de Wendy Guevara y ella se defiende
“Se lo hicieron a Kim Kardashian, ¿qué se puede esperar de mí?”

Wendy Guevara, la reina sin filtro del internet mexicano, volvió a romper las redes, esta vez no por sus ocurrencias, sino porque un video suyo en pleno acto íntimo apareció casualmente en su cuenta de Instagram a las tres de la madrugada.
🚨 ¡Filtran VIDEO íntimo de #WendyGuevara y ella rompe el silencio! “Se metieron a mi Instagram y de ahí lo subieron”.#DPMAlMomento pic.twitter.com/z4EDyCraU3
— De Primera Mano (@deprimeramano) August 4, 2025
El clip, que fue eliminado minutos después, ya había sido pirateado por medio planeta. Todo esto después de que, días antes, le robaran el celular en plena carretera. Wendy lo había dicho:
“Ando preocupada, me lo tumbaron y tengo cosas privadas”. Pero nadie escuchó… hasta que explotó la bomba.
Y ahora, en lugar de esconderse o llorar en un rincón como muchos esperarían, ¿qué hizo Wendy? Prendió su live, le habló de frente a sus seguidores y soltó la bomba verbal más honesta que he escuchado en años:
“Es algo que hacemos todos. ¿Qué hago yo? No está en mis manos. Que piensen lo que quieran de mí”. Bravo. BRAVO.
¿Y Televisa? ¿La regañaron? ¡Para nada! La respuesta de sus jefes fue tan mexicana como una torta de tamal:
“No eres la primera. No te sientas protagonista”. Puro realismo mágico. La televisión mexicana demostrando, al menos por una vez, que no está completamente desconectada del siglo XXI.
@rociorobledoa #marieclaire #wendyguevara #parati ♬ sonido original – Rocio
Ahora bien, legalmente, esto cae directo en el terreno de la Ley Olimpia, esa que castiga hasta con seis años de prisión a quienes difunden contenido íntimo sin permiso. Pero Wendy ya lo dijo: no va a poner su energía en eso. “Lo que me gusta es trabajar”. Y aunque eso deja un debate abierto sobre denunciar o no, lo cierto es que su actitud es un puñetazo directo a la cultura de la culpa sobre la víctima.
¿Hay transfobia? Por supuesto. ¿Revictimización? Claro que sí. Pero Wendy, con todo y sus propias palabras —“soy bien puerquita y me grabo con uno y con otro”—, ha hecho lo que pocos se atreven: tomar el control narrativo de su propia intimidad. Y eso, mis amigos, en este mundo de hipocresía digital, es puro rock and roll.
Así que la próxima vez que quieras culpar a alguien por grabarse, mírate al espejo… y borra tu historial.