Fresas con crema: el postre que se convirtió en símbolo de Wimbledon
Redacción
En Wimbledon, el torneo de tenis más antiguo y prestigioso del mundo, no solo se celebra la excelencia deportiva. También se rinde culto a una tradición culinaria que ha trascendido generaciones: las fresas con crema.
Este sencillo postre, servido en cuencos blancos con precisión británica, es tan emblemático como el césped perfectamente recortado o el código de vestimenta blanco que rige a los jugadores.
Durante las dos semanas que dura el torneo, se consumen más de 2 millones de fresas y cerca de 7 mil litros de crema, según cifras del All England Lawn Tennis and Croquet Club. Cada porción contiene exactamente 10 fresas partidas por la mitad, sin azúcar, acompañadas de crema líquida vertida al momento.
Un ritual con raíces victorianas
La tradición se remonta a 1877, año en que se celebró la primera edición de Wimbledon. En aquella época, las fresas eran un símbolo del verano británico y se servían comúnmente en fiestas de jardín y eventos sociales. La crema, por su parte, era un alimento popular entre las clases trabajadoras. Su combinación representaba una especie de unión simbólica entre clases sociales, lo que le dio un carácter inclusivo al postre.
Algunos relatos atribuyen la popularización del platillo al rey Jorge V, quien supuestamente lo degustó en 1934 junto a la reina María durante una visita al torneo. Sin embargo, registros del museo de Wimbledon indican que las fresas con crema ya eran parte del evento desde sus inicios.
De la granja al césped
Las fresas que se sirven en Wimbledon provienen de Hugh Lowe Farms, ubicada a unos 50 kilómetros del recinto. Se recolectan a mano cada mañana para garantizar su frescura y se entregan el mismo día. La variedad más utilizada es la Elsanta, conocida por su sabor dulce y textura firme.
A pesar del prestigio del torneo, el precio del postre se mantiene accesible: £2.70 por porción, un gesto que refuerza su carácter popular en medio de un evento de élite.
Más que un postre, una experiencia
Las fresas con crema en Wimbledon no son solo un antojo estacional. Son parte del ritual emocional del torneo, al igual que los hot dogs en el béisbol estadounidense o el mate en el fútbol sudamericano. Representan el estilo de vida británico en verano: sol suave, tenis sobre césped y una elegancia discreta que solo Wimbledon logra capturar.
