La fragilidad de los bosques en México ante los incendios

19 agosto, 2021 7:50 pm

Redacción.- México se encuentra en una región en donde la deforestación, la degradación del suelo y la extracción de recursos naturales han provocado en los bosques una extrema fragilidad; debido a esto, cuando dichos ecosistemas se enfrentan a fenómenos como los incendios hay grandes probabilidades de que no sobrevivan.

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Pese a esto, las autoridades medioambientales del país han hecho muy poco o de plano no han hecho nada para remediar esta situación.

El estudio “Pérdida inducida por incendios de los bosques con mayor biodiversidad del mundo en Latinoamérica” revela que la mitad de los bosques de esta región, incluidos los de México, no sobreviviría luego de sufrir su primer incendio. Asimismo, señala que la otra mitad podría recuperarse de dos o tres incendios, no obstante, esto terminaría degradándolos por completo.

Los investigadores determinaron este alto grado de vulnerabilidad tras evaluar el porcentaje de biomasa vegetal (troncos, ramas, tallos, frutos) que se pierde tras un solo incendio y su potencial capacidad de recuperarse.

Según el estudio, para que surja un incendio forestal se necesitan tres elementos básicos: un combustible (la materia vegetal), condiciones de clima seco y alta temperatura, y una llama que permita el inicio de la combustión o ignición.

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En ese sentido, el documento explica que si un bosque pierde una parte considerable de su humedad, la vegetación está más seca, lo que provoca que los incendios se propaguen con mayor facilidad. Además, ante la escasez de humedad y la ausencia de una vegetación en buenas condiciones, la temperatura se eleva.

En México hay actividades muy marcadas que contribuyen a estos escenarios. Por ejemplo, la minera a cielo abierto; la cual, de acuerdo con el informe “Bosques comunitarios y minería en México”, devasta la cubierta forestal, remueve los suelos y tritura la tierra para obtener metales; asimismo, para realizar todos estos procesos utiliza grandes cantidades de agua, las cuales incluso combina con químicos contaminantes. Todo esto genera escasez de agua y de humedad en la zona.

La inacción de las autoridades mexicanas también es marcada. De acuerdo con dicho informe, en el país hay 21 millones de hectáreas concesionadas para esta actividad, varias de estas pertenecientes a 68 áreas naturales protegidas.





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