La Luna es más viejita de lo que pensábamos, revela estudio
Redacción Tribuna
La Luna es más vieja de lo que se creía, según un estudio de astrónomos que utiliza la mecánica celeste para confirmar que el satélite de la Tierra nació muy poco después de la formación del sistema solar.
Casi nadie disputa ya las circunstancias de su nacimiento: la colisión de la Tierra, entonces apenas formada, con otro protoplaneta, impacto que arrojó al espacio restos que se aglomeraron para formar la Luna.
Sin embargo, su edad sigue siendo objeto de debate.
Normalmente, se calcula a partir de las rocas que se cristalizaron cuando, al enfriarse el océano de magma original, se formó la corteza lunar. Estas rocas han sido datadas en 4.350 millones de años.
La Luna “parecería haberse formado muy tarde, 200 millones de años después del inicio del sistema solar”, hace 4.560 millones de años, observa Alessandro Morbidelli, profesor del Colegio de Francia y coautor del estudio publicado en Nature.
“Demasiado tarde”, objeta este especialista en la formación y evolución de sistemas planetarios.
Este retraso es problemático por dos razones: primero, no encaja bien con los modelos de formación planetaria; y segundo, contradice la presencia de cristales de circón –los más resistentes– datados en más de 4.500 millones de años.
Una discusión sobre este tema el año pasado entre los otros dos autores del estudio, Thorsten Kleine del Instituto Max Planck y Francis Nimmo de la Universidad de California en Santa Cruz, produjo una “idea muy simple”... al menos en teoría.
“La Luna experimentó una segunda fusión provocada por la Tierra”, explica Morbidelli.
En este escenario, la Luna se formó aproximadamente 55 millones de años después del inicio del sistema solar, y no 200. Poco después, adquirió su primera corteza en el transcurso de unos pocos millones de años.