
La rebelión de la ropa indígena contra las togas en la Suprema Corte
La revolución de los coloridos textiles mexicanos apunta a tomar la Suprema Corte de México con su próximo presidente, el abogado indígena Hugo Aguilar, decidido a vestir sus ropas tradicionales para romper con la solemnidad de las togas.
Este jurista, que fue asesor del la guerrilla del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) en los años 1990, resultó electo el 1 de junio en los primeros comicios para renovar todos los cargos del Poder Judicial, ejercicio único en el mundo y blanco de cuestionamientos.
“Estoy planteando que no voy a usar toga”, dijo en una entrevista días atrás. “Voy a marcar esta diferencia de que en la Corte está un indígena y vamos a llevar los trajes de gala de los pueblos y comunidades indígenas”.
La toga en el máximo tribunal se utiliza por decreto presidencial desde 1941, pero el partido oficialista Morena, al que es cercano Aguilar, prepara reformas para anular esa ordenanza.
Aguilar, que asumirá el 1 de septiembre, será el segundo indígena en encabezar la Suprema Corte luego de que Benito Juárez, considerado el padre del México moderno, la presidió brevemente antes de ser presidente (1858-1872).
El Legislativo fue el primer espacio de poder donde desde hace décadas legisladores, particularmente mujeres, decidieron plantarse en la tribuna luciendo la riqueza y diversidad de los textiles mexicanos.
Durante la campaña electoral el año pasado, la actual presidenta Claudia Sheinbaum acaparó espacios en medios locales e internacionales por portar ropas adaptadas con llamativos bordados indígenas.
“Un buen juez no se define por una toga y un birrete, se define por su honestidad, su conocimiento y cómo aplica la justicia”, dijo Sheinbaum el pasado martes tras respaldar la iniciativa del flamante presidente electo de la Suprema Corte.