
Listos los 133 cardenales electores para elegir al nuevo Papa
Los 133 cardenales electores del próximo cónclave están en Roma para elegir al sucesor del Papa Francisco y definir el futuro de la Iglesia de 1.400 millones de católicos.
Los llamados “príncipes de la Iglesia” se encerrarán a partir del miércoles en la Capilla Sixtina hasta elegir al nuevo pontífice en una votación incierta y sin claros favoritos.
Progresista, conservador, dogmático, ¿Cómo será el próximo papa?; expertos y cardenales coinciden en que no será un revolucionario como el argentino Jorge Bergoglio, que planteó un pontificado de reformas, enfocado en los pobres y en las periferias del mundo.
El primer pontífice latinoamericano fue muy popular, pero al mismo tiempo enfrentó resistencias dentro de la Iglesia.
“Más como Francisco”
El portavoz del Vaticano, Matteo Bruni, informó el lunes que el total de electores estaba en Italia.
Todos ellos se reunirán en secreto a partir de la tarde del miércoles y votarán bajo los frescos de Miguel Ángel hasta que un candidato tenga una mayoría de dos tercios.
Y mientras, decenas de miles de personas en la plaza San Pedro y millones por televisión mantendrán la mirada fija en la pequeña chimenea instalada en el techo del majestuoso edificio a la espera de noticias.
Humo negro, sin consenso, habrá otra votación; humo blanco, “Habemus papam”.
El Vaticano finiquita los detalles de esta elección, que se remonta a la Edad Media. Instaló el lunes las cortinas de terciopelo rojo en el balcón central de la basílica de San Pedro, que se abrirán para la primera aparición del nuevo papa.
María de los Ángeles Pérez, turista mexicana en Roma de 49 años, esperaba del nuevo papa que ayude “a los más pobres, a los más necesitados”.
“Más como Francisco que como Benedicto”, dijo Aurelius Lie, 36 años de Alemania. “Mientras no sea tan conservador y se deje influenciar por líderes como (Giorgia) Meloni o (Donald) Trump”.
El sacerdote canadiense Justin Pulikunnel pidió por su parte una fuente de unidad para la Iglesia después de casi una docena de años de desestabilización y ambigüedad.