Llegó el papa a Lisboa para reunirse con jóvenes de todo el mundo
Redacción Tribuna
Francisco aterrizó en Lisboa para participar en la Jornada Mundial de la Juventud, en la que se espera que trate temas importantes para esta generación como la guerra en Ucrania o la justicia social, aunque estará obligado también a abordar los abusos sexuales a menores en Portugal revelados por un informe hace seis meses.
El papa Francisco ya está en Lisboa, donde más de un millón de peregrinos de todo el mundo le esperaban impacientes con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud. Un recibimiento digno de estrellas como Taylor Swift para un Sumo Pontífice que, con su carácter alejado de la rigidez habitual del Vaticano, ha sabido conectar con esta generación.
Jorge Bergoglio se desplazó apenas dos meses después de una importante operación en el abdomen y se valió de una silla de ruedas a su llegada, en la que fue recibido por el presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa.
Sintonía del Papa con la juventud
Tras un miércoles dedicado a las autoridades, será este jueves cuando tenga su primer encuentro con los jóvenes. Dada su cercanía con esta generación, en la agenda estarán temas específicos como la guerra en Ucrania, el medioambiente o la justicia social.
A menos de dos meses de que Roma acoja una asamblea para tratar el futuro de la Iglesia, esta Jornada Mundial de la Juventud servirá también para medir la posición de los jóvenes sobre otros temas como la postura de la Santa Sede respecto a la comunidad LGTB+, el matrimonio de los sacerdotes o el papel de las mujeres en la institución.
La juventud desplazada a Lisboa no ha dudado en brindarle su apoyo con cánticos, banderas y hasta tambores. Sin embargo, el encuentro tendrá también momentos espinosos para el pontífice.
Los abusos a menores de la Iglesia en Portugal
Hace seis meses, una comisión de expertos independientes de Portugal publicó un informe sobre los abusos a menores de la Iglesia en el país luso. El estudio, encargado por la Conferencia Episcopal, revelo que más de 4.800 jóvenes habían sido víctimas de abusos en un contexto religioso desde 1950.
La capital portuguesa amaneció este miércoles con carteles en inglés instalados en los barrios de Loures, Alges y Alameda, en los que se lee “4.800 niños abusados por la Iglesia católica en Portugal” junto a 4.800 pequeños puntos rojos.
Esos avisos fueron colocados por miembros de un proyecto bautizado como “This is our memorial” (Este es nuestro memorial).
En esta visita, está previsto que el papa se reúna en privado con víctimas de estos abusos, aunque estos encuentros no forman parte del programa oficial.
En esa agenda sí figuran una rápida visita el sábado al santuario de Fátima y una posterior vigilia en Lisboa, así como la misa final el domingo, con la que el papa Francisco pondrá fin a esta visita a tierras portuguesas.