Los platillos que unen a los mexicanos en la cena navideña
Redacción
En México, la Navidad también se celebra alrededor de la mesa. La cena de Nochebuena no solo reúne a las familias, también concentra sabores, recetas heredadas y tradiciones que se repiten cada 24 de diciembre, convirtiendo la comida en un ritual de unión.
Uno de los platillos más representativos es el bacalao a la vizcaína, preparado con jitomate, aceitunas, alcaparras y papas. De origen europeo, este guiso encontró en los hogares mexicanos un lugar fijo en la mesa navideña, especialmente en el centro del país.
Los romeritos con mole, acompañados de tortitas de camarón y nopales, son otro clásico infaltable. Su sabor y simbolismo los han convertido en un platillo emblemático de la temporada, asociado directamente con la tradición decembrina.
El pavo relleno es protagonista en muchas cenas. Ya sea horneado, adobado o bañado en salsa, representa la influencia de costumbres extranjeras adaptadas al gusto mexicano. En otras regiones, la pierna de cerdo horneada o enchilada ocupa ese lugar central.
No pueden faltar los tamales, que varían según la región: de mole, rajas, dulce o incluso rellenos especiales para la ocasión. Son prácticos, abundantes y profundamente arraigados a la identidad culinaria del país.
Para acompañar, el ponche caliente de frutas —con tejocote, guayaba, caña y canela— reconforta las noches frías, mientras que los buñuelos y otros postres tradicionales cierran la cena con un toque dulce y crujiente.
Más allá de los ingredientes, la cena navideña mexicana es una celebración de la memoria y el afecto. Cada platillo cuenta una historia familiar, y cada bocado confirma que, en México, la Navidad se saborea en compañía.
