
¡Hasta siempre, Don Leo! Este jueves se confirmó el lamentable fallecimiento de Leo Beenhakker, reconocido entrenador neerlandés que dejó “una huella imborrable en el fútbol internacional” al dirigir al Real Madrid y al América, a la edad de 82 años.
De acuerdo con su familia, el estratega atravesaba “una delicada situación de salud”, aunque no se dieron a conocer detalles sobre la enfermedad que padecía. Por su parte, su agente Rob Jansen señaló que Beenhakker estuvo “bajo cuidado en su hogar” hasta el último día de su vida.
Nacido el 2 de agosto de 1942 en Róterdam, inició su legado en el fútbol en 1968 como entrenador del Veendam de Paises Bajos. A partir de entonces, dirigió a clubes como el Cambuur, Go Ahead Eagles, además de trabajar en las fuerzas básicas del Feyenoord y el Ajax.
Sin embargo, fue hasta que asumió el mando del Ajax cuando se dio a conocer a nivel mundial, gracias a “su estilo táctico basado en el dominio del balón” por encima del aspecto físico. Con el equipo, conquistó la Eredivisie en 1980 y repitió el título en su segunda etapa en 1990.
Su destacado trabajo lo llevó a dirigir en España, primero con el Real Zaragoza y posteriormente con el Real Madrid, donde cosechó grandes éxitos al conquistar tres títulos consecutivos de LaLiga, una Copa del Rey y una Supercopa de España. Además, potenció el ataque merengue implementando un sistema (4-4-2) que fortaleció la dupla ofensiva conformada por Emilio Butragueño y Hugo Sánchez.
– El día que Beenhakker llegó al América y transformó al equipo en “un conjunto ganador y goleador, pero sin corona” –
Su exitosa carrera como entrenador “también se extendió al fútbol mexicano”, donde dirigió al América entre 1994 y 1995, así como al Guadalajara en 1996. Sin embargo, fue con las Águilas donde dejó un legado importante, especialmente en la formación de jugadores.
De la mano de jugadores como Luis Roberto “Zague” Alves, Joaquín del Olmo, un Luis García que regresaba de Europa, un joven Cuauhtémoc Blanco, además de las estrellas africanas François Omam-Biyik y Kalusha Bwalya, Beenhakker transformó al equipo “en uno ganador y goleador”.
A pesar de que el club no logró coronarse en la Temporada 1994/95, al ser eliminados por el líder general, Cruz Azul, en semifinales, muchos aficionados recuerdan “con gran cariño” a ese América, que “cautivaba por su estilo de juego”, impulsado por el neerlandés.
Sin embargo, el paso de Beenhakker llegó a su fin en abril de 1995, antes de que concluyera el torneo regular, debido a sus diferencias con el entonces presidente Emilio Diez Barroso, quien, según Beenhakker, intentaba “interferir en las decisiones del equipo”.
– El conflicto que vivió con Hugo Sánchez, “el autor responsable de su salida del Real Madrid” –
La relación entre Leo Beenhakker y Hugo Sánchez estuvo marcada por “tensiones y diferencias”, que inicialmente no eran un gran problema. Sin embargo, fue en el último año de Hugol con los merengues, en 1992, cuando su conflicto con el neerlandés “alcanzó su punto crítico”.
Según el Pentapichichi, tras una lesión que lo dejó fuera en 1991, Beenhakker lo alineó solo en partidos específicos y de poca relevancia en el Santiago Bernabéu, lo que fue visto como “una falta de confianza hacia el mexicano”, deteriorando así la relación entre ambos.
La gota que colmó el vaso ocurrió durante un partido de la Copa de la UEFA en abril de 1992 contra el Torino, cuando Hugo Sánchez se negó a sentarse en el banquillo. Este incidente provocó, sin duda, “la ruptura entre el entrenador, la directiva del club y el goleador azteca”.
Tras ser suspendido hasta el final de su contrato al concluir la temporada, “sin goce de sueldo y con una multa de un millón de euros”, Hugo se despidió del Real Madrid después de siete años, dejando el legado de ser uno de los mejores goleadores del club; con 164 goles en 207 partidos.
– Su trayectoria en las Selecciones Nacionales, “de dirigir a Países Bajos a asumir el mando de Arabia Saudita y Trinidad y Tobago” –
A nivel de selecciones, Beenhakker tuvo dos etapas al frente de Países Bajos, en 1986 y 1990. En esta última, dirigió a la ‘Oranje’ en el Mundial de Italia, donde, tras un torneo irregular, el equipo alcanzó los octavos de final, donde cayó ante la “futura campeona”, la Alemania Occidental.
Posteriormente, dirigió a selecciones como Arabia Saudita y Trinidad y Tobago, logrando clasificarlas por primera vez a una Copa del Mundo, en 1994 y 2006, respectivamente. Sin embargo, en el caso del cuadro saudí, no llegó a disputar el torneo, ya que fue reemplazado por Jorge Solari meses antes.
Más tarde, asumió el mando de Polonia, logrando clasificar al equipo a la Eurocopa de 2008, donde fueron eliminados en la fase de grupos. Su etapa como entrenador de los Biało-czerwoni concluyó en 2009, tras no lograr la clasificación al Mundial de 2010.
Posteriormente, su carrera “se vio limitada a roles como asesor técnico” en el Feyenoord y el Sparta de Róterdam, antes de retirarse en 2018.