Mujeres Hacia un Futuro AC., la organización que rema contra corriente en Azumiatla
Puebla, Pue.- Mientras en el mundo los temas de género acaparan la agenda social, hay localidades en donde conceptos como violencia intrafamiliar, equidad, trabajo en equipo y empoderamiento de la mujer, no sólo no se comprenden, sino que su difusión se busca erradicar a toda costa.
Lourdes Gámez, lleva más de 30 años dedicada al activismo. Desde distintas organizaciones civiles ha impulsado el desarrollo de comunidades indígenas, ha gestionado apoyos para la población migrante, y desde hace una década, orienta sus esfuerzos a promover el empoderamiento de la mujer.
“Acá ellas están aprendiendo todo lo que es el estilismo, cortes de cabello, maquillaje, a ver, ¿qué más niñas?”, ellas, (dirigiéndose a otro grupo), saben tejer, bordar, se quiere rescatar a través de la costura su cultura, ellas elaboran todo esto, a ver, hablen niñas”.
Las “niñas” a las que Lourdes se refiere, son mujeres, la mayoría madres, habitantes de San Andrés Azumiatla, una de las comunidades más pobres de la entidad. Ahí, desde su organización, Mujeres hacia un futuro AC, la activista pretende generar mejores condiciones de vida para estas señoras y sus familias.
Ellas aprenden estilismo y corte y confección. Tienen un taller de bordado y venden sus prendas. Sus hijos practican yoga infantil y pronto formarán una estudiantina. También se promueve la creación de huertos urbanos, la preservación de las plantas endémicas y la alimentación sustentable.
Lourdes suma maestras de música, expertos agrónomos, costureras, químicas, biólogas y agricultores, todos prestan su tiempo a la comunidad sin cobrar un centavo, liderados por ella. Es el caso de la biólga Natyeli Matus, que impulsa el proyecto Cocina Comunitaria Azumiatla, Cocoa.
“Mi tesis es sobre soberanía alimentaria y como los huertos urbanos pueden apoyar a darle soberanía alimentaria a la ciudad de Puebla, yo llegué aquí por mi tesis, y me quedé, me quedé porque sé que es importante apoyar todos estos proyectos que vienen de la sociedad civil”.
Lourdes además es la creadora de la cooperativa Cazamalot, que se dedica a la elaboración y venta de tortillas de sabores. Tienen una gama de 18 variedades de ellas y seis productos distintos. De este emprendimiento, viven 5 familias, asegura Irma, integrante de la cooperativa.
“Todo es hecho a base de vegetal y de maíz, la mezcla del maíz, por eso es que tienen ese sabor, color, olor, betabel, zanahoria, chipotle, huajillo, pasas, nopal, el paquete cuenta con 10 tortillas, un paquete cuesta 20 pesos, un paquete de 6 sopes o tlayoyos por 20 pesos”.
Tras 10 años de tocar puertas, de llevar a la práctica las teorías sobre equidad de género, de trabajar sin paga, hace quince días, las instalaciones de Mujeres hacia un futuro, fueron asaltadas.
Rompieron vidrios y se llevaron todo. Puertas, cables de la instalación de luz, máquinas de coser del taller de confección, computadoras, los inodoros y botes de pintura. El Centro Cultural, como lo denominan, ya contaba con la afluencia de hasta 150 mujeres, hoy alrededor de 60 siguen acudiendo pero lo hacen con miedo, con incertidumbre.
“Sentimos que es un golpe político hacia la asociación, esto es de que había 150 mujeres trabajando, 60 niños y que de pronto entren a tu centro de trabajo es un golpe porque estamos trabajando con las mujeres en emprendimientos y empoderamiento de las mujeres, los derechos de las mujeres, la igualdad de las mujeres, siento que es un golpe bajo”.
Pese a todo, Lourdes no pierde el ánimo. Confía en que vendrán tiempos mejores. El robo al Centro Cultural es un golpe directo a su labor, un golpe seco, estratégico. Escucharla sin embargo contagia de optimismo: “Estoy convencida de que esto puede cambiar, si todos ponemos un granito de arena”. Las mujeres de Azumiatla, tienen suerte, Lourdes está con ellas.