Pide el papa Francisco a gobiernos europeos a socorrer a migrantes
Redacción Tribuna
El Papa Francisco dijo el viernes que los gobiernos europeos tienen el deber de rescatar a los solicitantes de asilo que se hacen a la mar para escapar del conflicto, advirtiendo contra una “parálisis del miedo”, en el primer día de una visita a la ciudad mediterránea francesa de Marsella.
Calles y monumentos se vistieron con los colores amarillo y blanco del Vaticano en la primera visita de un Papa a la segunda ciudad más grande de Francia en 500 años, donde se espera que 100.000 personas acudan a saludar al pontífice en su “papamóvil” el sábado.
El hombre de 86 años está de visita para participar en una reunión de obispos católicos y jóvenes del área del Mediterráneo, pero su viaje llega en un momento políticamente delicado.
Mientras las naciones europeas han tratado de transferir la responsabilidad de cuidar a las personas que llegan por mar, el Papa destacó “el desinterés que, con guantes de terciopelo, condena a otros a muerte”.
“Las personas que corren riesgo de ahogarse cuando son abandonadas en las olas deben ser rescatadas”, dijo en la cima de la basílica de Notre-Dame de la Garde, con vistas a las brillantes aguas del Mediterráneo.
En declaraciones dedicadas a los inmigrantes perdidos en el mar, afirmó que “es un deber de la humanidad, es un deber de la civilización” salvar a las personas en peligro, advirtiendo a los gobiernos contra el “fanatismo de la indiferencia” y la “parálisis del miedo”.
El Papa había sido recibido anteriormente por el Ministro del Interior de Francia, Gerald Darmanin, quien prometió que el país no aceptará a ninguno de los inmigrantes que llegaron a la isla italiana de Lampedusa, declarando que Francia “quiere una posición de firmeza“.
Un aumento en el número de embarcaciones de inmigrantes que llegaron desde el norte de África a la pequeña isla italiana la semana pasada provocó indignación en Italia y un acalorado debate en toda Europa sobre cómo compartir la responsabilidad por la afluencia.
Las condiciones desesperadas que hacen que muchas personas abandonen sus hogares en busca de una nueva vida, y los riesgos que corren para hacerlo, han sido un tema clave durante la década de Francisco como líder de la Iglesia Católica.
En declaraciones inesperadas añadidas al final de su discurso, el Papa agradeció a las ONG que rescatan a inmigrantes en peligro en el mar y condenó los esfuerzos para impedir su actividad como “gestos de odio”.
