En política, a veces basta una mesa —o tres— para desactivar una bomba. Eso ocurrió este jueves en la Secretaría de Gobernación, donde productores agrícolas y transportistas llegaron con el gesto duro, pero salieron con un acuerdo bajo el brazo y la instrucción de liberar, de inmediato, los bloqueos carreteros que habían paralizado varios estados del país.
La reunión, encabezada por funcionarios de Segob, tuvo un objetivo claro: explicar qué hará el Gobierno de México para atender las exigencias de ambos sectores. Nada extraordinario, dirán algunos, pero sí un avance práctico. Se anunciaron programas institucionales y acciones específicas para enfrentar los reclamos que llevaron a los manifestantes a tomar carreteras.
Para evitar futuros sobresaltos, se instalaron tres mesas de trabajo. Una revisará la inseguridad en las carreteras—problema que transportistas denuncian desde hace años—. Otra clarificará los ordenamientos legales en materia de agua, siempre polémicos. La tercera se concentrará en los rezagos del campo, que tampoco son pocos.
A cambio, los inconformes aceptaron liberar el paso en las vías afectadas, permitiendo restablecer la circulación normal y el tránsito de servicios de emergencia. Segob, por su parte, reiteró que dará seguimiento puntual y que los apoyos llegarán directamente a los productores, en territorio, sin intermediarios.
