Recomendaciones para sobrevivir la cruda navideña
Redacción
Tras la celebración, los brindis y las desveladas, llega la mañana siguiente con su propio ritual: dolor de cabeza, sed interminable y el firme propósito de “no volver a tomar”. La cruda, esa invitada no deseada, forma parte de muchas historias postfiesta, y en México existen varios remedios —caseros y conocidos— para sobrellevarla.
El primero y más importante es la hidratación. El alcohol deshidrata el cuerpo, por lo que tomar agua, sueros o bebidas con electrolitos ayuda a recuperar el equilibrio y a disminuir el malestar general.
La comida también juega un papel clave. Un caldo calientito, ya sea de pollo, res o pancita, es uno de los remedios más recurridos. Además de reconfortar, aporta líquidos, sales y energía cuando el cuerpo más lo necesita. Para muchos, no hay cruda que resista un buen caldo.
El desayuno ligero pero sustancioso es otro aliado. Huevos, pan, frutas o un poco de arroz ayudan a estabilizar el estómago y a recuperar fuerzas. La fruta, especialmente la naranja o el plátano, aporta azúcares naturales y potasio.
El descanso es fundamental. Dormir unas horas más permite que el cuerpo termine de procesar el alcohol y se recupere de la desvelada. Acompañar el reposo con un ambiente tranquilo puede marcar la diferencia.
En cuanto a los remedios populares, el famoso “tehuacán con limón”, el café moderado o incluso el picante tienen su lugar en la cultura de la cruda, más por tradición que por ciencia, pero siempre acompañados de hidratación y comida.
Al final, no existe una cura mágica, pero sí una combinación efectiva: agua, comida, descanso y paciencia. Porque la cruda pasa, pero la anécdota de la fiesta —esa— casi siempre se queda.







