
Robo de película en el Louvre: ladrones sustraen joyas de valor incalculable
El Museo del Louvre en París, símbolo máximo del arte y la historia universal, fue escenario este domingo de un robo cinematográfico que dejó atónitos a visitantes, autoridades y expertos en seguridad. En apenas siete minutos, un grupo de ladrones logró llevarse nueve joyas de la galería Apolo, piezas pertenecientes a las colecciones de Napoleón Bonaparte y de los reyes de Francia. Su valor, según el ministro del Interior francés, Laurent Núñez, es “patrimonial e histórico incalculable”.
El operativo, digno de una producción de Hollywood, ocurrió entre las 9:30 y las 10:00 de la mañana, hora local. Según los primeros reportes, tres o cuatro individuos utilizaron un montacargas para acceder al primer piso del museo, rompieron una ventana y se dirigieron directamente a las vitrinas donde se encontraban las joyas. Tras hacerse con el botín, huyeron en motocicleta, dejando tras de sí solo fragmentos de vidrio y un desconcierto monumental.
“Actuaron muy, muy rápido”, reconoció Núñez en entrevista con la emisora France Inter. El ministro insistió en que la policía respondió de inmediato y que los equipos especializados ya están en marcha. Según explicó, en casos de este tipo las fuerzas de seguridad francesas tienen una tasa de éxito superior al 50 por ciento.
Aunque el funcionario evitó precisar qué piezas exactas fueron robadas, el diario Le Parisien reveló que se trató de un collar, una diadema y un broche, todos pertenecientes a las joyas de Napoleón y de la monarquía francesa. La ministra de Cultura, Rachida Dati, añadió que los delincuentes habrían perdido una de las piezas durante su fuga: la corona de la emperatriz Eugenia, encontrada poco después y, según se sabe, fracturada.
La magnitud del robo obligó a cerrar completamente el Louvre durante el día. El museo fue evacuado y las autoridades acordonaron la zona para preservar las pruebas. Los investigadores ya analizan las grabaciones de videovigilancia, que podrían ser clave para reconstruir el recorrido de los ladrones y descubrir si contaban con apoyo interno.
Más allá del robo mismo, el incidente expone una fragilidad en la seguridad de los museos franceses, reconocida por el propio Núñez. El ministro recordó que existe un programa nacional para fortalecer los sistemas de resguardo, pero admitió que “no se puede impedir todo” y que “el riesgo cero no existe”.
La Fiscalía de París abrió una investigación formal por robo en banda organizada y asociación de malhechores criminales, delitos que podrían acarrear largas penas de prisión. Por ahora, las autoridades se muestran optimistas: confían en recuperar las joyas y atrapar a los responsables, aunque no descartan que las piezas ya estén camino a algún mercado negro del arte.
El Louvre, que en 2024 recibió 8.7 millones de visitantes, enfrenta hoy una de las mayores crisis de su historia reciente. Lo que solía ser el lugar más seguro para el arte y los tesoros de la humanidad, fue vulnerado en cuestión de minutos. París, la ciudad de la luz, amanece con una sombra que recuerda que ni el patrimonio más resguardado está a salvo del ingenio criminal.