
Sor Geneviève Jeanningros rompe el protocolo y despide al papa Francisco con lágrimas
Redacción Tribuna
Sor Geneviève Jeanningros, una monja francesa de 82 años, se convirtió en un rostro visible del dolor y la emoción al despedir al Papa Francisco. Durante la ceremonia de homenaje, esta mujer, conocida por su vida dedicada a los más necesitados, rompió el protocolo al detenerse ante el ataúd del Pontífice, visiblemente conmovida, mientras derramaba lágrimas. Su reacción conmovió a todos los presentes, reflejando la profunda conexión que compartía con el Papa.
Sor Geneviève, una mujer de fe incansable, lleva más de cinco décadas en Roma, donde ha trabajado con comunidades marginadas en el suburbio de Ostia. Junto a otra hermana, vive en una caravana desde la década de 1970, dedicándose a ofrecer apoyo a quienes más lo necesitan, incluidos transexuales, prostitutas y personas en situación de pobreza. Esta dedicación a los desfavorecidos tiene un trasfondo de lucha social, y su vida refleja los principios de solidaridad que el Papa Francisco promovió durante su papado.
La relación de Sor Geneviève con el Papa comenzó en un contexto de tragedia. En 1977, su tía, Léonie Duquet, fue secuestrada y asesinada por la dictadura militar argentina. Este doloroso acontecimiento marcó la vida de Geneviève y la de Francisco, quien también sufrió las secuelas de los abusos de ese régimen y nunca dejó de mostrar su apoyo a las víctimas del terrorismo de Estado.
A lo largo de los años, Sor Geneviève compartió con el Papa varios momentos de su vida, incluido su trabajo con comunidades excluidas. En varias ocasiones, llevó a sus protegidos a las audiencias papales, donde Francisco les brindó un cálido recibimiento, mostrando un apoyo constante a sus causas. En 2020, cuando la pandemia golpeó con fuerza a Roma, el Papa no dudó en enviar ayuda económica a la comunidad que ella lidera.
En agosto de 2024, Francisco hizo una visita a Ostia, donde Sor Geneviève lo recibió con su tradicional generosidad. Aquel encuentro con los trabajadores de la zona fue un momento significativo, en el que se destacó el compromiso del Papa con los más desfavorecidos. Esta visita, además, fue vista como una respuesta de apoyo en medio de la creciente controversia por los vínculos de algunos políticos argentinos con represores de la dictadura.
Sor Geneviève, que ha sido testigo de tanto sufrimiento, encontró en el Papa una figura de esperanza y apoyo. La despedida de Francisco no solo fue el adiós a un líder religioso, sino también a un amigo cercano que siempre luchó por la dignidad de los más vulnerables. Su dolor, tan visible en ese momento frente al ataúd papal, reflejaba la conexión profunda que compartían, cimentada en años de lucha compartida por un mundo más justo.