
Trump amenaza con aranceles a India por petróleo ruso

La política exterior de Donald Trump es, como siempre, una montaña rusa de declaraciones impulsivas, amenazas comerciales y apuestas geopolíticas arriesgadas. Esta semana no ha sido la excepción. El presidente estadounidense ha anunciado que aumentará sustancialmente los aranceles a India como represalia por sus compras de petróleo ruso, acusando a Nueva Delhi de financiar la maquinaria de guerra del Kremlin y, peor aún, de lucrar con ella al revender el crudo con grandes ganancias.
“India no solo está comprando cantidades gigantescas de petróleo ruso, sino que lo está revendiendo. Eso no puede seguir”, escribió Trump en su red Truth Social.
Sin embargo, fiel a su estilo, no ofreció detalles sobre el porcentaje específico de los nuevos gravámenes.
Lo interesante aquí no es solo el castigo a India, sino el contexto en el que ocurre: estamos a pocos días de que expire el ultimátum que Trump dio al presidente Vladimir Putin para alcanzar un acuerdo de alto al fuego en Ucrania. La amenaza es clara: si Rusia no cede, enfrentará un nuevo paquete de sanciones económicas y aranceles, no solo directos, sino también secundarios que golpearán a terceros países que sigan comerciando con Moscú, especialmente en el sector energético.
Steve Witkoff, el enviado especial de Trump para Oriente Próximo y Rusia, viajará esta semana a Moscú para sostener reuniones de alto nivel, quizá incluso con el propio Putin. Desde el Kremlin aseguran que están dispuestos a recibirlo y consideran útil el diálogo. Pero, hasta ahora, las palabras de Trump no han cambiado la posición inflexible del Kremlin: seguirán combatiendo hasta que se cumplan sus condiciones.
Y mientras Trump juega al arte de la negociación con amenazas de sanciones y despliegue de submarinos nucleares —en respuesta a declaraciones incendiarias de Dmitri Medvédev—, el conflicto en Ucrania sigue su curso. Los bombardeos rusos no cesan, la ofensiva sobre Pokrovsk avanza lentamente, y el número de civiles muertos ya supera los 12 mil, según la ONU.
Trump, que en febrero parecía acercarse peligrosamente al discurso ruso, ahora vira bruscamente hacia una línea dura, incluso enfrentándose a aliados como India. ¿Estamos ante un cambio de estrategia o simplemente otra táctica trumpiana de presión mediática sin efecto real?
India, por su parte, defiende su política energética como una cuestión de interés nacional. Como tercer mayor importador de petróleo del mundo, ha aprovechado los descuentos rusos para asegurar su abastecimiento interno. Y mientras Trump la señala con el dedo, aún no hay medidas similares contra China, el primer comprador de crudo ruso.
Las próximas 72 horas serán clave. Si Moscú no responde al ultimátum de Trump, podríamos ver una nueva ola de sanciones económicas que afecten no solo al Kremlin, sino a gran parte del orden comercial internacional. Como siempre con Trump, la retórica es grandilocuente. La pregunta es si habrá sustancia detrás de las amenazas.