
Trump impone multas de hasta 5 mil dólares a migrantes detenidos
El gobierno de Estados Unidos ha decidido apretar aún más las tuercas de su política migratoria. A partir de este mes, cualquier persona mayor de 14 años que sea detenida intentando ingresar ilegalmente al país deberá pagar una multa de hasta 5 mil dólares. La medida, anunciada por la Embajada estadounidense en México, forma parte de una estrategia de “mano dura” impulsada por la administración de Donald Trump, con el objetivo de disuadir los cruces irregulares en la frontera sur.
La sanción no es simbólica. Según el anuncio oficial, la multa se aplicará en el momento del arresto y el monto podrá aumentar según la evaluación del Departamento de Seguridad Nacional (DHS). Además, los detenidos enfrentarán procesos judiciales, deportación inmediata y la prohibición de reingreso durante varios años.
David Arizmendi, vocero de la embajada, resumió el mensaje con contundencia: “¡Respeta la ley! Si cruzas ilegalmente a Estados Unidos, enfrentarás graves consecuencias”. El lema forma parte de una campaña informativa bautizada como #NiLoIntentes, difundida en redes sociales y consulados.
Pero el castigo económico no llega solo. La embajada recordó que los reincidentes podrían recibir penas de cárcel de hasta 20 años, dependiendo de su historial. El reingreso simple puede castigarse con dos años de prisión; si el migrante fue deportado tras cometer un delito grave, la sanción aumenta a diez años; y en casos de violencia o reincidencia, la sentencia podría alcanzar las dos décadas tras las rejas.
Esta medida encaja perfectamente en la narrativa trumpista: la de un gobierno que no quiere mostrarse débil ante el fenómeno migratorio. Aunque las detenciones en la frontera han disminuido en los últimos meses, Washington insiste en mantener una política de “cero tolerancia”. El mensaje es claro: quien cruce sin papeles pagará caro —literalmente— su decisión.
La estrategia no se limita al terreno policial. Los consulados estadounidenses en México han comenzado a distribuir materiales informativos en español, alertando sobre las consecuencias legales y financieras del cruce ilegal. “Advertir antes de castigar”, dicen en el DHS, aunque el espíritu de la norma parece ser más bien el contrario: castigar para que no se atrevan a cruzar.
Detrás de esta política hay, por supuesto, un cálculo político. Las multas económicas no sólo pretenden frenar el flujo migratorio, sino también reforzar el discurso de Trump ante su base electoral: el de un presidente que “recupera el control de la frontera” y castiga a quienes desafían la ley. En el contexto de una nueva campaña electoral, el tema migratorio vuelve a ser un arma retórica de primer orden.
No todos aplauden la medida. Diversas organizaciones humanitarias la calificaron como “inhumana y desproporcionada”, argumentando que criminaliza la pobreza y castiga la desesperación de quienes huyen de la violencia o la miseria. También alertan que exigir sumas tan altas podría derivar en abusos, extorsiones o un incremento de los riesgos para los migrantes.
Aun así, el gobierno estadounidense no tiene intención de dar marcha atrás. Su mensaje es tan duro como simple: quien intente cruzar sin permiso pagará en dólares, en libertad o en ambas.